La exploración sísmica para hallar este tipo de combustibles se lleva a cabo mediante grúas que al golpear el suelo emiten ondas de sonido que son monitoreadas por sensores encima del nivel de la tierra. Una red de 10,000 a 20,000 sensores conectados por cables se extiende sobre un territorio de 1600 km cuadrados. El nuevo sistema HP-Shell, contará con una cantidad cercana a un millón de sensores inalámbricos sobre una extensión similar, los cuales escucharán el eco emitido debajo de la tierra. Los datos recolectados por estos sensores serán compilados y analizados para crear imágenes de las formaciones geológicas y los pozos profundos. Esta nueva generación de sensores permitirá una producción de petróleo más eficiente, reducirá el número de pozos secos y las consecuencias ambientales ocasionadas por las excavaciones.
Esta nueva eficiencia, por supuesto, requiere de otras innovaciones más allá de los sensores inalámbricos. Varias tecnologías trabajan juntas para hacer esto posible: avances en almacenamiento de información, networking, búsqueda de datos y software de análisis. Estos sensores son el instrumento escencial para la medición y comunicación entre el mundo físico y el digital.
Fuente: The New York Times, IT Business Edge