Pues bien, desde hace varios meses, mis tenis están en el closet, el chip en su cajita y el iPod botado en algún lugar del cuarto; que yo recuerde sólo una vez corrí de acuerdo con el protocolo. Mercadológicamente, hoy, la compañía me manda un correo para crear mi avatar, y cual pez que muerde el anzuelo, me enganché en la idea.
Al ingresar al sitio, no recordaba ni mi nombre de usuario, ni mi contraseña, ni mi nickname…vamos, no sabía siquiera si me había dado de alta. Después de varios minutos, inventé un avatar y verifiqué mis metas deportivas. Descubrí que mi propósito (y gracias a dios no vi la fecha) era: correr 8 kilómetros en una semana. ¡Una semana!, digo….no era nada…pero ¡no lo hice!
En fin, descubrí que mi meta fue un fiasco y que la marca de tenis se había tardado un poquito en entrarle a esta onda de los avatars, pero lo cierto es que lo hizo de una manera sabia y en la época adecuada. Por ahora, les dejo la foto de mi avatar (que además está de holgazana) para ver si el otro año, me animo a cumplir mis metas deportivas… ¡soñar no cuesta nada!, ji ji ji.
¿Y ustedes, ya armaron sus propósitos?