En México, sólo Pemex puede vender gasolina, la cual cuesta 13.57 pesos en su versión más económica, es decir, la Magna; pero desde el 1 de enero, costará 13.98 pesos, es decir, 41 centavos más por cada litro (perdón por la mala noticia).

En Estados Unidos, la gasolina es vendida por diferentes empresas, como Shell, Exxon o Chevron, y suele ser más barata que en México; por ejemplo, en Houston, Texas, un galón de gasolina (3.78 litros) cuesta hoy alrededor de 1.84 dólares (30.64 pesos) en promedio, es decir, 8.10 pesos por litro.

Comparado con el DF, el litro de gasolina es 5.88 pesos más económico en Estados Unidos, básicamente porque en México no hay competencia y el precio está cargado de impuestos y demás sumas que también ayudan a mantener un hermoso aparato burocrático que trabaja en todas las sedes de Pemex.

Y precisamente hablando de Pemex y de Texas, esta paraestatal (es decir, una empresa que trabaja para el gobierno pero éste no la administra) anunció el jueves que abrió la primera de cinco gasolineras en Houston, con lo que entra oficialmente en el mercado estadounidense.

“La apertura de estas gasolineras de la franquicia Pemex es con inversión de terceros, quienes son los propietarios de dichas estaciones de servicio y determinarán los precios de venta al público de los combustibles, de acuerdo con las condiciones de mercado en Houston”, señaló la oficina de prensa de Pemex en un comunicado.

La intención principal de instalar estas gasolineras es identificar oportunidades de negocio y medir si la marca Pemex resulta atractiva al mercado de Estados Unidos, todo esto dentro de la nueva reglamentación de la reforma energética que, por cierto, también permitiría que empresas extranjeras vendieran gasolina en México.

Pero lo mejor es que Pemex venderá gasolina al precio de Estados Unidos (más barata, pues), todo lo contrario de cuando una empresa estadounidense llega a México y ofrece todos sus productos más caros.

Las gasolinas que venderá Pemex no serán fabricadas en México, sino que provendrán del mercado mayorista de Estados Unidos (o sea que las comprarán allá) y las ofrecerán a un precio aproximado de 1.54 dólares por galón (unos 25.65 pesos), ¡24.55 pesos más baratos de lo que costaría un galón en el DF!

Así que la reforma energética mexicana parece que sí funciona… para Estados Unidos. Faltaría ver qué pasa en México cuando las empresas extranjeras lleguen, porque podríamos estar pagando gasolinas más baratas… o si toman el modelo de otros negocios, como los bancos, estaríamos pagando servicios todavía más caros.

La llegada de los auotos eléctricos y otras fuentes alternas para transportarse, todavía se ven lejanas y, de todas formas, todo parece indicar que tampoco serán baratas, por lo que, por ahora, no nos queda de otra: esperar a que bajen las gasolinas y que llegue Santa Claus.

Así de simple.