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¿Libros electrónicos o en papel?

Hace apenas unos días Amazon anunció que iniciaba actividades ya en México. Aunque lo están haciendo aún de forma limitada, las perspectivas de que vaya...

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Hace apenas unos días Amazon anunció que iniciaba actividades ya en México. Aunque lo están haciendo aún de forma limitada, las perspectivas de que vaya incorporando nuevos productos y servicios parece ser simplemente cuestión de tiempo. Para un país que lee poco, parece que Amazon es un desperdicio pero quizás ellos han visto más y posiblemente esta tienda gigantesca de libros resulte hasta beneficiosa al país.

Por ejemplo, Amazon empezará a vender en el país su Kindle (no sé qué versiones estarán disponibles aún), pero es claro que esto podría propulsar la venta de libros electrónicos para esta clase de dispositivos. Aquí la pregunta obligada parece ser: ¿lograrán los libros en formato electrónico terminar por gustar más que sus versiones en papel? ¿Será el precio el catalizador para que los libros electrónicos logren quedarse en el gusto de los consumidores?

Es claro que los libros electrónicos tienen ventajas contra sus similares en papel. Por ejemplo, simplemente no pesan. En el Campeonato Mundial de ajedrez que se llevó a cabo en Filipinas, a fines de los años setenta, entre Anatoly Karpov y Viktor Korchnoi, el primero llevaba un grupo de asesores en el juego ciencia, grandes maestros -desde luego- y unas maletas con 60 kilos de peso con libros sobre las diferentes fases del ajedrez. Hoy en día en el Kindle, esa cantidad de libros no pesan más que lo que pesa el dispositivo lector.

Sin embargo, los libros electrónicos tienen algunos inconvenientes. Por ejemplo, se requiere de un dispositivo lector, llámese Nook (de Barnes&Noble) o Kindle (del propio Amazon) y éste tiene un costo que va entre los 100 y 150 dólares, aproximadamente (aunque los hay más costosos, dependiendo de las prestaciones y lo que pueden hacer estos aparatos). Al menos el dispositivo lector se compra una sola vez. Aparte de esto, hay que comprar los libros electrónicos y las empresas que generan estos contenidos han inventado sistemas para evitar que los usuarios se copien los libros unos a otros. Y en mi opinión parecen haber logrado un éxito razonable en su campaña antipiratería.

Gracias a la “tinta electrónica”, los libros en formatos como ePub o PDF pueden  leerse con la misma facilidad que los libros en papel pues se ven casi igual que los libros impresos. Pueden además agregarse notas (las cuales podemos esconder si otro lee el libro en nuestro dispositivo), si eso queremos. Digamos que la tecnología digital nos da posibilidades inimaginables. Incluso bien podríamos comparar las notas de otros lectores sobre algunos temas en algún libro en particular.

Por supuesto que un dispositivo lector como el Kindle requiere de cuidados. Por ejemplo, puedo dejar un libro en mi coche aunque haga un calor extremo, o bien, puede mojarse sin querer. Sí, las hojas quedarán como “acordeón” pero el libro será leíble. Si pensamos en estas condiciones extremas, un Kindle, por ejemplo, podría dejar de funcionar o de plano volverse inservible si el agua causa daños en algunas partes importantes.

Pero yo esperaría que las ventajas de los libros electrónicos  superaran las dificultades. Para ello quizás sólo falta un elemento: que los libros  virtuales, en formato electrónico, sean radicalmente más baratos que sus contrapartes en papel. ¿Ocurre esto ya? Me temo que no. Veo la página de Amazon, (sí, en la sección de ajedrez) y encuentro que la diferencia en muchos libros (por ejemplo de la editorial Everyman chess), la diferencia entre las versiones de papel y la electrónica es como del 5% del valor del libro en papel, es decir, si un libro en papel vale 20 dólares, su contraparte electrónica vale 19 dólares. Parece poco interesante esa oferta. Sin embargo, pensemos en lo que cuesta hoy en día comprar un libro en papel en Amazon para México. En ese sentido, comprar la versión Kindle puede salir 19 dólares, pero la versión en papel saldrá 20 dólares Y los cargos de envío, que bien pueden ser de entre diez y veinticinco dólares, dependiendo del tipo de servicio de entrega que queramos. Aquí pues, ya se ve una diferencia significativa.

Las preguntas serían, a los lectores binarios de unocero: ¿qué prefieren ustedes, los libros en papel o los electrónicos? ¿Cuántos de ustedes ya tienen un Kindle para leerlos? ¿Se comprarían uno o tienen planes de adquirirlo en un futuro cercano?

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