Amazon es hoy en día una de las compañías más importantes del mundo, y es también uno de los 4 grandes titanes tecnológicos de la actualidad, de hecho, su CEO y fundador, Jeff Bezos es el hombre más rico del mundo, y todo ello gracias al éxito de la empresa como líder del comercio electrónico en el mundo.

Sin embargo, como todos los gigantes, Amazon también ha tenido sus tropiezos, y ha sido el propio Jeff Bezos el que ha declarado en su carta anual a los accionistas cuál ha sido el fracaso más grande de su compañía al día de hoy, fracaso que incluso les ha enseñado mucho sobre el mercado, y el cual también fue clave para dos de sus productos más exitosos como son los Amazon Echo y Alexa.

Fire Phone: el smartphone que quiso pero nunca fue

En su momento a Amazon le pareció buena idea entrar en el negocio de los smartphones, y lo hizo con el Fire Phone, un dispositivo que usaba un fork de Android y planeaba comer una rebanada del pastel que ya desde ese entonces prácticamente solo se repartían Google y Apple.

El Fire Phone nunca logró generar una gran cuota de mercado, ni siquiera en Estados Unidos, país donde Amazon es todavía una marca mucho más importante que en el resto del mundo, y después de años de intentarlo, finalmente decidieron terminar con el proyecto.

Este fracaso le costó a Amazon cerca de 170 millones de dólares, pero fue así como empezaron a centrar esfuerzos en Alexa, su asistente virtual para integrarlos en sus altavoces inteligentes, siendo estos uno de los productos tecnológicos más importantes de los últimos años en muchos países del mundo.

Empleados de Amazon escuchan nuestras conversaciones con Alexa

Habrá más fracasos en un futuro

Bezos aclaró a los inversionistas que es probable que más adelante también haya otros fracasos tecnológicos, quizá más grandes o más pequeños que el Fire Phone, pero fracasos a final de cuentas. Y es que a pesar de que el CEO ha prometido que se esforzarán en hacer que sus proyectos sean exitosos, es normal que algunos experimentos socio-tecnológicos no terminen por tener el éxito esperado.

Después de todo, a veces para acertar primero hay que fallar.

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