No es nuevo en el mundo que los actores de cine participen en la política; de hecho, hay ejemplos históricos, como el de Ronald Reagan, uno de los galanes de Hollywood más importantes de mediados del siglo pasado, quien llegó a ser Presidente de Estados Unidos en la década de los 80 (¿recuerdan la escena de “Volver al Futuro” en donde el doctor Emmet Brown no le cree a Marty McFly que Reagan es Presidente?).

En México, personajes importantísimos de diferentes épocas del cine nacional, como Silvia Pinal, Ignacio López Tarso y Julio Alemán, han ocupado altos puestos de elección popular en diferentes épocas, votando propuestas y aprobando leyes.

Pero en años recientes, los votantes mexicanos habían perdido la costumbre de ver en las calles carteles de propaganda política con la imagen de personajes como Paco Stanley o se habían acostumbrado a ver a otros, como María Rojo.

Así que el cine, la televisión y la música han sido, desde hace varios años, un buen semillero para que los partidos políticos se acerquen a personajes famosos para sumar algunos votos.

Hoy, a este menú se le suma el internet y la nostalgia, lo que, a la vez, son dos elementos básicos de la vida geek, y que el Partido Revolucionario Institucional materializa con la candidatura de la actriz Carmen Salinas.

Desde hace muchos años, ella es una de las consentidas de la prensa de espectáculos porque siempre está dispuesta a opinar sobre cualquier tema (desde futbol hasta un chisme de la farándula, pasando por la política, el clima y cualquier otra ocurrencia) y, en épocas recientes, los usuarios de las redes sociales aprovecharon su “todología” para generar memes con cualquier temática.

Ha sido tal el éxito de Carmen Salinas en las redes que ya comercializa camisetas con sus memes y una marca de galletas aprovechó esa nueva imagen para producir un anuncio de televisión.

Así, alguien que es famosa en cine, TV y redes sociales se convierte en un gran atractivo para los partidos políticos que ya no pueden llevar sus mensajes proselitistas a los medios tan facilmente como antes, debido a una mezcla de causas, que van desde la poca credibilidad que han construido en los últimos años hasta las nuevas leyes en materia de propaganda electoral.

Así que Carmen Salinas, junto con “Lagrimita” o Cuauhtémoc Blanco, ayudarán a que las personas volteen a ver las campañas electorales, se graben los nombres de los partidos y, mientras tanto, los políticos puedan seguir haciendo lo que hacen siempre, pero siempre detrás de los famosos sobre los que están los reflectores. Así de simple.