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Breve historia del “tráfico” de dominios web y sus respectivas demandas

Registrar los múltiples dominios implica de alguna manera de hacerse de una marca. Y el negocio de comprar y vender dominios tuvo incluso su auge hace años. Hoy un estadounidense demanda al país Francia por robarse un dominio que él adquirió hace más

Cuando Internet empezó a popularizarse, la cantidad de dominios creció enormemente. Hubo personas que decidieron, por ejemplo, hacerse de un dominio con sus respectivos .com, .org, entre otros, para tener todas las posibilidades de su nombre cubiertas y que nadie pudiese hacer una página pretendiendo ser ellos. Otros compraron dominios para trabajarlos -como fide.com (el sitio de la Federación Internacional de Ajedrez)- pero cuando los desarrolladores tuvieron problemas con la propia FIDE, decidieron bloquear el dominio que ellos habían registrado. Y como para recuperar ese dominio los dueños pedían mucho dinero, la FIDE optó por crear un nuevo dominio: fideonline.com.

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Pero curiosamente este tipo de situaciones llevó a más de uno a pensar que esto de registrar dominios podría ser un buen negocio. El truco era sencillo: se compra un dominio de una empresa popular, si es que ésta no lo ha registrado aún, y se espera para que la compañía en cuestión quiera el dominio y entonces se le piden miles de dólares. Es decir, una de las mil maneras de querer hacer dinero sin trabajar.

Ahora resulta que un estadounidense que originalmente nació en Francia, ha demandado a su país natal pues dice que el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia ha decidido embargar ilegalmente el dominio que este señor tiene desde 1994: France.com. A mediados de los años 90s del siglo pasado, Jean Noël Frydman compró France.com en Web.com y puso un sitio web que era un “kiosko digital” para aquellos relacionados con la manera de ser y el idioma de Francia pero en los Estados Unidos.

Por más de 20 años, Frydman construyó un negocio (conocido como france.com), que frecuentemente colaboraba con agencias oficiales francesas, incluyendo el Consulado General en Los Angeles y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Sin embargo, en algún momento del 2015, el mismo ministerio inició una demanda legal en Francia en un intento de controlar France.com, quitándoselo a Frydman. Web.com bloqueó el dominio y Frydman se acogió al Centro Berkman Klein de la Escuela de Leyes de Harvard, quien intervino a su favor.

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En septiembre del 2017, la Corte de Apelaciones de París declaró que France.com estaba violando los derechos de marca franceses, y armados con esta regulación, los abogados representantes del Estado francés escribieron a Web.com demandando liberaran a su favor dicho dominio.

Finalmente el 12 de marzo del 2018, Web.com transfirió la propiedad del dominio al Ministerio francés de Asuntos Exteriores. La compañía lo hizo sin notificar formalmente a Frydman y sin darle ninguna compensación. “Yo soy probablemente uno de los clientes más antiguos (de Web.com)”, dijo Frydman. “He estado con ellos por 24 años. Nunca hubo un caso contra France.com y ahora actúan sin previo aviso. Nunca he sido tratado así por ninguna compañía en ninguna parte del mundo. Y lo que me pasó parece implicar que le puede pasar a cualquiera”, agrega Frydman.

El 19 de abril Frydman demando legalmente en Virginia en un intento de recuperar su dominio. La demanda involucra a la República francesa, la agencia de turismo de Francia (gubernamental), Atout France, al Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia y al Ministro Jean Yves Le Drian e incluso a Verisign. Hasta hoy, nadie ha hecho una aparición formal en la Corte de Alexandria, Virginia.

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Web.com no es parte de la demanda, a pesar de ser quien registró el dominio para Frydman. Sin embargo, la compañía parece haber tomado la decisión a partir de una reglamentación local francesa, cediendo los derechos a Francia sin más, quizás para evitarse problemas.

Las partes demandadas no se han acercado al demandante para comprarle o licenciar el dominio, la marca o el negocio de Frydman y no parece haber ninguna intención de hacer nada de buena fe para solucionar el conflicto. De acuerdo con Frydman, los demandados usaron de manera incorrecta el sistema legal francés para hacerse de su dominio sin compensación, bajo la teoría errónea de que los demandando podían hacer esto porque el dominio incluía la palabra “Francia”.

Así las cosas en este mundo bizarro de Internet y sus dominios.

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