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¿Enviado desde mi iPhone?

El mundo está lleno de consumidores, muchas veces por obligación. Por ejemplo, necesitamos adquirir alimentos y finalmente eso es parte de la cadena consumista. En...

enviado00El mundo está lleno de consumidores, muchas veces por obligación. Por ejemplo, necesitamos adquirir alimentos y finalmente eso es parte de la cadena consumista. En otras ocasiones, compramos objetos que quizás no necesitamos, pero que cumplen con alguna necesidad interna de nuestro ser. Por ejemplo, hace años un amigo me dijo: “vi el teléfono celular X y me gustaría comprármelo”… Y se hacía la siguiente reflexión: “el que tengo me funciona perfectamente, pero no sé la razón por la cual me dan muchas ganas de comprarme este nuevo modelo que vi”. Le dije que se lo comprara. Si le hacía feliz y podía, ¿por qué no?

Las sociedades modernas imponen modas muchas veces a través del mecanismo de la publicidad, la cual para incidir tiene que hacerse contínuamente y por años. Por ejemplo, es importante para las empresas que sean reconocidas y por ejemplo, si hablamos de computadoras y le preguntamos qué se le viene a la cabeza a nuestros interlocutores, que indiquen “IBM”, por ejemplo, muestra que la publicidad sobre lo que es esta empresa ya ha permeado en las cabezas de muchos. Igualmente pasa con otros productos, por ejemplo, si pensamos en pañuelos desechables, mucha gente pensará en “kleenex”, cuando esto es simplemente una marca de este producto. Y podría dar más ejemplos: si pensamos en relojes finos y costosos, probablemente la primera palabra que se nos venga a la mente es “Rolex”.

Y si hablo de esto es porque en la tecnología de cómputo muchos productos no se adquieren no por ser mejores a otros de la competencia, sino por la propaganda y percepción que ésta deja en los consumidores. Y esto ocurre con Apple, por ejemplo,  que se ha hecho de un buen nombre entre los que compran sus productos porque para muchos son lo mejor que se produce en la tecnología de cómputo hoy en día. No les importa pagar un sobreprecio por ellos y desde luego, que cada quien haga lo que quiera con su dinero.

Pero Apple sin duda ha buscado situarse en la percepción de los consumidores como la empresa que es para unos pocos, para los elegidos, para los que “piensan diferente” y aunque muchos digan que exagero, es evidente que este tipo de publicidad permea. Recordemos por ejemplo los clásicos anuncios de PC vs Mac, en donde a la PC la representaba un gordito con traje. La Mac en cambio la representaba un chavo “cool”, de jeans y camiseta. Suena como un anuncio más, pero la imagen del producto que Apple quiere dar empieza a permear en cómo pensamos sobre los productos que compramos. Y no se me malinterprete: Apple hace muy buenos productos aunque siempre he pensado que están sobrevaluados.

Sin ir más lejos, hablemos de esa frase de “enviado desde mi iPhone”, cuando alguien usa esta marca de teléfonos para mandar un mensaje. Evidentemente esta firma o rúbrica no la puso el consumidor, el dueño del teléfono, sino Apple, la cual se inserta a cada mensaje que se manda. Y el mensaje se puede cambiar, pero ¿alguien lo cambia? Si se le pregunta a quienes tienen un iPhone, podremos leer toda clase de argumentos al respecto en donde afirman, por ejemplo, “me importa un rábano ese mensaje. No tiene nada que ver con mi autoestima”, aunque en realidad sí les importa y por eso no lo quitan. Como la marca los hace creer que son diferentes, entonces hay que pregonarlo por donde se pueda.

El mensaje de la firma del teléfono se puede quitar fácilmente siguiendo los siguientes pasos: Configuración, correo contactos calendario, firma”, y escribes la firma que quieras que aparezca en vez del ególatra “enviado desde mi iPhone”. Si esto no funciona, puedes ver el siguiente video que explica cómo hacer esto:

Vamos, el procedimiento no es dífícil. Curiosamente, otras marcas de dispositivos electrónicos han intentado hacer lo mismo. Y he recibido mensajes que forman “enviado desde mi oficina móvil telcel”, “enviado desde mi Samsung galaxy” y hasta “enviado desde mi Windows Mail”, que suena a mala broma o a sarcasmo.

El punto aquí es ver cómo llega la manipulación mercadotécnica de las empresas. Resulta que ya no importa en realidad el mensaje que se manda, sino desde qué dispositivo lo estamos mandando. Eso es lo que vale. Suena ridículo pero así es. Pero si no me creen, vean lo que hicieron en un programa de televisión de los Estados Unidos. Se inventaron un Apple Watch, al que llamaron iTime, el cual es en realidad un reloj Casio de 20 dólares, a quien le pusieron en la parte trasera del mismo una calcomanía de la manzana, del logotipo de Apple. Vean qué contestaba la gente y después de eso dígan que no es cierto todo lo que he mencionado aquí.

Porque miren ustedes, sería ridículo darle la hora a alguien y decirle: “te doy la hora desde mi Rolex” o bien, terminar una conversación indicando: “Me dio gusto verte y  si notaste, mi buen aliento se lo debo a Listerine”. Suena ridículo pero claramente el mensaje de “enviado desde mi iPhone” es exactamente lo mismo.

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