El día 6 de enero de 2021 ha sido uno de los más sombríos en la historia de Estados Unidos.

Cientos de partidarios de Donald Trump, irrumpieron violentamente en el edificio del Capitolio derribando vallas de seguridad y luchando contra la policía federal.

El evento propició que se desataran enfrentamientos armados dentro del histórico edificio de la capital estadounidense en el que se llevaba a cabo el conteo de votos para ratificar la victoria de Joe Biden como el próximo presidente de ese país.

Al tiempo, el aún presidente de EU, Donald Trump, exhortó a simpatizantes en un mitin a defender la elección que, a su parecer, «le robaron».

Tomando estas declaraciones en mente, los principales medios de comunicación estadounidenses han responsabilizado a Donald Trump por haber incitado a sus seguidores con falsedades sobre un fraude electoral que no se sustenta.

Si bien Trump hizo el llamado en físico, el rol que jugaron las redes sociales, de un mandatario cuya comunicación ocurre principalmente por estas vías, así como la organización en foros de simpatizantes republicanos, tuvo un peso mucho más grande en el conflicto final.

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El papel que jugaron las redes sociales

Las redes sociales y los medios digitales han sido de vital importancia para movimientos políticos y sociales. En ese sentido, los partidarios del presidente Donald Trump habían estado planificando abiertamente durante semanas tanto en las principales redes sociales, como en la Internet pro-Trump.

En foros como TheDonald, los seguidores prometían violencia contra legisladores, policías y periodistas si el Congreso no rechazaba los resultados de las elecciones de 2020.

De hecho, se utilizaron aplicaciones como Telegram y otros rincones de Internet de extrema derecha para discutir el mitin en el Capitolio y planear un levantamiento a plena vista, que obligó al Congreso a huir de sus cámaras al haberse reunido para certificar los resultados de las elecciones.

Según reportan medios norteamericanos, los llamados a la violencia fueron fáciles de encontrar en principales plataformas como Twitter y TikTok y esto nos lleva a cuestionar la responsabilidad que tienen las principales plataformas digitales para propagar este tipo de discursos.

Incluso, el asalto al Capitolio fue transmitido en Twitch y destronó la audiencia de cualquier juego. La plataforma ha fungido para transmitir otros hechos recientes de gran relevancia para Estados Unidos y las manifestaciones del movimiento «Black Lives Matter» son un ejemplo de ello.

¿Es responsabilidad de las plataformas digitales?

Rodrigo Orenday, abogado especialista en derecho de nuevas tecnologías, compartió para Unocero que la incitación a la violencia en redes sociales es un delito.

«Organizar en grupos un saqueo o algo así en redes sociales, incitar a la violencia, es un delito. No es lo mismo el convocar a una marcha pacífica a una anarquista; ahí se traza la línea y los equipos de las plataformas van a tener que endurecer sus políticas y ante la duda es menor la contingencia de un reclamo de un usuario que bloqueaste a la contingencia de lo que puede pasar si estos grupos siguen creciendo», explicó.

No obstante, Orenday considera que pese a las medidas que tomen las redes sociales, este tipo de grupos buscarían otros canales más particulares.

«Las redes sociales se van a tener que volver coadyuvantes de la justicia y asumir lo que les implique esto en popularidad y en operación. Aunque mucha de esta gente se va a mover a otros canales y se va a salir de las cuentas más mainstream para confinarse a sus plataformas particulares.»

Rodolfo Moncada, consultor político internacional, indicó que las redes sociales hoy en día son una herramienta de comunicación de vital importancia; sin embargo, explica que el tema abarca múltiples vertientes.

Moncada no considera que las redes sociales deban hacerse responsables porque estarían atentando contra la libertad de expresión al bloquear a un usuario.

Si bien el discurso que incite a la violencia no debería propagarse, mucho menos con desinformación, el consultor aclara que este tipo de plataformas son sólo una extensión más en las que es posible expresar distintas posturas políticas.

Al igual que Orenday, Moncada coincide con la idea de que este tipo de grupos, en caso de ser reprimidos, buscarían canales privados de comunicación para planificar este tipo de movimientos.

Sin embargo, el profesor afirma que quienes deberían recibir represalias son aquellos usuarios con poder de influencia; con muchos seguidores y que incluso dispongan de una verificación en redes sociales.

«A partir de que alguien tenga la cuenta verificada, ya debería responsabilizarse ante sus discursos. Debería haber repercusión con las personas influyentes; probablemente no bloquearlos, pero sí advertirles», explicó.

A nivel jurídico, Rodolfo Moncada explica que la sanción de Donald Trump irá directamente relacionada con su credibilidad.

«La repercusión tendría que ser en las mismas redes sociales; que la opinión pública quemara a este tipo de personajes. Yo creo que si empiezas con las cabezas, la gente se la pensaría dos veces», puntualizó.

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