Actualmente México es el tercer país en el mundo que más consume contenido a través de YouTube y, hasta el primer trimestre de 2021, se contabilizaron al menos 15 canales de creadores de contenido mexicanos con al menos 10 millones de seguidores. 

A cada uno de ellos lo sigue al menos una comunidad de 10 millones de personas, lo que hace que lo que dicen, hacen o muestran en sus contenidos resuene con un efecto multiplicador en los consumidores de internet. Esto resulta atractivo para las marcas, pero también implica que si alguno de estos creadores incurre en alguna falla, sus palabras tendrán consecuencias grandes, como el tamaño de sus audiencias. 

El reciente caso de la youtuber Yosselin Hoffman (Yosstop) dejó en claro que las palabras y acciones de un creador de contenido no pesan menos en el mundo fuera de YouTube, pues las imágenes, videos y otros materiales que se distribuyen en estos medios se sujetan a las mismas consecuencias legales que una prueba física.   

“Esto es el claro ejemplo de que no es que si se dice en internet no hay consecuencias. La ley mexicana reconoce a los medios electrónicos con el mismo peso que otros; el juez lo va a valorar sin importar si salió en un medio electrónico”, dijo León Felipe Sánchez, abogado especializado en Propiedad Intelectual y derecho informático en entrevista con Unocero. 

En su video “Patética Generación”, publicado en 2018 en su canal de YouTube, Yosstop comentó y mostró que tenía pruebas de un video y fotografías de actos de agresión sexual a una menor de edad; si bien ella no estuvo involucrada directamente en el hecho, de acuerdo con el artículo 202 del Código Penal Federal, la pena por delito de pornografía de personas menores de dieciocho años de edad se impondrá también a quien “reproduzca, almacene, distribuya, venda, compre, arriende, exponga, publicite, transmita, importe o exporte” los materiales de esa naturaleza. 

De acuerdo con Sánchez, el artículo solo aplica justicia a un delito y no existe diferencia si las imágenes fueron publicadas en un canal digital. 

“El delito va también alrededor de lo que se haga con la fotografía y en cuestión penal, la ley se aplica de modo general, y si almacena es con eso que se puede usar como prueba y debes ser responsable conforme a este tipo penal”, dijo Sánchez.

Este caso y otros recientes como el de los influencers que se pronunciaron a favor del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) durante la reciente veda electoral en el país, han elevado la importancia del peso de estas comunidades de creadores, pues dada su importancia en el mercado y su impacto social, en caso de tener fallas estos tendrán cada vez más visibilidad. 

“La responsabilidad legal ya está ahí pero no se habían visto tantos casos como estos, yo creo que veremos más acciones por casos similares y se espera un debate social y en el legislativo para ver qué se escapa hoy a lo que ya toca la ley y qué hay que perfeccionar”, dijo. 

Por su parte las plataformas como Youtube o Facebook y su familia de apps continúan con la política de que ellos son solo el conducto o la plataforma de distribución de contenido, pues sus creadores son enteramente responsables de lo que publican estas redes. 

La publicista y escritora Ana María Olabuenaga dijo en entrevista radiofónica en W Radio que “los influencers es un segmento que crece con personas muy inexpertas en medios, basadas más en su personalidad, y en el caso de Yosstop estás viendo una chica que desconoce en lo que se está metiendo, no tienen ni idea de pornografía infantil, que a eso está haciendo referencia, que lo que está cometiendo en ese instante al hablar de que lo tiene almacenado o lo que lo está describiendo sea un delito, no tiene conciencia de eso”, advirtió.