La tecnología siempre parece reinventarse. Por una parte, tenemos innovaciones que cada vez son, por decirlo de alguna manera, más inteligente que las anteriores. Ahora hay apps, por ejemplo para el iPad, que «miden»  de alguna manera los hábitos del usuario cuando éste duerme, para así después analizar los mejores momentos para echarse a la cama y descansar. Esto probablemente se deba a que hemos hallado que estamos en un mundo donde todo el derredor nos entrega muchísima información. Es cosa nuestra entonces, hallar la manera en sacar ventaja de ello.

Por eso llama la atención lo que ha hecho la empresa studiodiip, la cual ha armado un dispositivo para que un pez pueda controlar un carrito eléctrico. La idea fue poner en un pequeño estanque transparente, a un pez. El depósito de agua donde está tiene ruedas y la electrónica suficiente para moverse de acuerdo a los movimientos que haga el pez en el estanque. Una cámara web en la parte superior, a través del uso de visión por computadora, analiza el movimiento del pez y decide entonces hacia qué lado debe moverse el auto eléctrico, si debe ir hacia adelante, en reversa, dar vuelta a la izquierda o a la derecha.

La idea puede resultar un mero divertimento, pero en el fondo requiere de mucha habilidad en electrónica, en visión por computadora, inteligencia artificial y en programación de microcontroladores. Todo esto conjuntado hace que el pez pueda manejar su propio carrito y moverse hacia donde le plazca. La pregunta sería si el pez se da cuenta de lo que está pasando y de que puede controlar sus movimientos y moverse en un entorno que finalmente es ajeno a su naturaleza.

Studiodiip es una empresa que hace mucho de reconocimiento visual y en su equipo de trabajadores hay gente especialista en diseño industrial, electrónica, visión por computadora e inteligencia artificial. Tienen un montón de proyectos interesantes: sistemas para ver y analizar diferentes vegetales (el cual podría usarse para que en los cajeros de los supermercados no tuviesen que saber siquiera de qué vegetal se trata y el cobro lo hiciese la máquina directamente), o bien, un sistema de reconocimiento de placas de autos, el cual podría servir a los aparatos que toman fotos de quienes van más rápido de lo permitido y así poderles aplicar una multa, etcétera.

Pero independientemente de todo esto, el hecho de que a alguien se le haya ocurrido un diseño para que un pez pudiese manejar su propio auto, solamente habla del ingenio de personas que rompen conceptos y que innovan. Yo creo que éste es un buen ejemplo.

Referencias:

Studiodiip