El día de ayer, Apple presentó sus nuevas computadoras portátiles MacBook Pro. Estos equipos prometen ser lo mejor en experiencia de trabajo profesional así como en innovación. Por otro lado, una de las características de las nuevas laptops de la compañía han cambiado de forma radical; nos referimos específicamente al conector de corriente MagSafe.

Este puerto llevaba años en el diseño de estas computadoras y a decir verdad, era una de los mejores que existían, a pesar de que su función era única y exclusivamente la de proveer de energía a la computadora. Su diseño estaba tan bien pensado, que los usuarios no teníamos que preocuparnos porque el puerto se dañara o sufriera algún desperfecto.

Para empezar, era un puerto en el que el cable literalmente se adhería por medio de una reacción magnética, y era tan seguro por el hecho de que era prácticamente imposible que se desconectara fácilmente. Pero también era tan versátil que si tropezabas con el cable por accidente se desconectaba en ese momento evitando que la computadora o el puerto se dañaran.

Adicionalmente, este conector tenía un cable lo suficientemente largo como para alcanzar los contactos más inaccesibles, pero también un adaptador el cual podía ser utilizado a tan solo un metro de distancia de la pared.

Pero entonces, ¿por qué Apple se deshizo de este maravilloso conector? La primera impresión nos dice que fue una cuestión de diseño. Como sabemos, la compañía de Tim Cook siempre se ha preocupado por mantener en perfección hasta el mínimo y último detalle dentro de sus productos, y la sencillez y la limpieza siempre han sido una bandera que han querido llevar desde sus inicios con Jobs y Wozniak.

Evidentemente, otro punto importante a señalar es la evolución de la tecnología. Los puertos USB-C son algunos con mayores prestaciones que existen en nuestros días, no solo por su gran capacidad y velocidad de transmisión de datos, sino también por su facultad de transferir electricidad al dispositivo que se encuentra conectado.

Una cualidad que nos queda a deber este puerto es la forma de conexión física imantada que nos ofrecía el difunto MagSafe. Esta característica evita accidentes que son comunes al momento de tener cables en el piso. Por otro lado, también la versatilidad en longitud que se tenía al poder decidir si conectar la extensión de cable que incluía.

De cualquier forma Apple ha optado por incluir un cable de 2 metros junto con su correspondiente eliminador de corriente para poder hacer uso del puerto USB-C y proveer de energía a sus nuevos equipos portátiles. Y, aunque sabemos que ya existen en el mercado adaptadores USB-C a MagSafe, se tiene que hace un gasto adicional para poder utilizarlo.

Esperamos que la compañía recapacite y encuentre la forma de reintegrar esta característica en futuros modelos de sus laptops, aunque sea en el mismo conector USB-C.