La semana pasada el Partido de la Revolución Institucional (PRI) presentó su iniciativa para reformar la Ley de Propiedad Industrial, la Ley Federal del Derecho de Autor y del Código Penal Federal. En pocas palabras, una nueva iniciativa para combatir la piratería en línea.
Lo jocoso del tema es que en un principio se publicó en el sitio web de la Cámara de Diputados como si fuera firmada por Manlio Fabio Beltrones, el diputado coordinador del Grupo Parlamentario del PRI en dicha Cámara, junto con un par de diputados más del mismo partido. Pero horas después de la fuerte crítica en redes sociales, se retiró el apoyo del coordinador y fue firmada únicamente por Aurora Denisse Ugalde Alegría y Héctor Humberto Gutiérrez de la Garza, diputados, integrantes de la LXII Legislatura.
Sin embargo, el hashtag #LeyBeltrones aún continúa vigente para hacer referencia a esta iniciativa de ley.
Cabe recordar que no es la primera vez que se busca algo así en México como con la #LeyDöring, propuesta por el legislador de Partido Acción Nacional (PAN), y rechazada posteriormente e incluso, se han utilizado previamente las fechas decembrinas y los primeros días de año para intentar pasar este tipo de leyes a nivel mundial. Recordemos que la iniciativa mundial ACTA (Acuerdo Internacional Anti-Falsificación) se buscaba transferir la labor de vigilancia a los proveedores de internet, los cuales debían monitorear el tráfico de sus usuarios y en caso de reincidencia, les debían cortar el servicio de internet.
Después, SOPA en Estados Unidos pretendía imponer bloqueos a los distintos sitios de internet con contenido que pudiera lucir ilegal, de una forma discrecional ya que el solo hecho de tener un link hacia un contenido de dudosa procedencia podría ser motivo suficiente para bloquear el sitio completo. Este concepto vago podría poner en peligro la libre navegación de los usuarios a sitios como YouTube, Twitter y Facebook, por poner algunos ejemplos.
Y definitivamente debemos estar a favor de respetar los derechos de los generadores de contenido. Con todo, aquí es importante comprender dos temas entrelazados; primero, la piratería es una conducta lastimosa para el desarrollo de cualquier industria; y en segundo lugar, la tecnología ha modificado radicalmente los modelos de negocio de bienes y servicios protegidos por la propiedad intelectual reduciendo a los intermediarios y rebalanceando el poder de negociación tanto de los creadores como de los consumidores.
La misma AMIPCI, la Asociación Mexicana de Internet, envió una carta pública a los legisladores en donde se afirma que “se ha concluido que en México existe actualmente regulación, procedimientos y autoridades capaces de enfrentar los retos que plante esta era digital y sin menoscabo de seguir promoviendo el desarrollo de Internet en México como una herramienta habilitadora en favor de los ciudadanos a través de la democratización del conocimiento, la participación política y el desarrollo económico entre algunos de los tangibles beneficios y respetando los derechos humanos consagrados en nuestra Carta Magna y los Tratados internacionales que nuestro país ha suscrito”.
Retomando lo que he escrito anteriormente, en conclusión, los usuarios de internet debemos tener claro que si no les llega una retribución económica a los creadores de las obras estaremos matando entre todos a la gallina de los huevos de oro. Por lo tanto, si queremos obtener más y mejores obras tenemos que directa o indirectamente comprar algún producto o servicio del creador en lo que terminan de decidir el nuevo modelo de negocio a seguir durante los próximos años que respete tanto la libertad de los usuarios de internet como los derechos de los autores. Si no queremos que nos limiten y nos censuren internet debemos de actuar de forma responsable autolimitándonos y autocensurándonos en el uso que le damos al mismo.
Consulta la iniciativa completa aquí.