Mientras que la tendencia a nivel mundial es despedir gente y recular en torno a las inversiones y recursos alrededor de las firmas tecnológicas, en México la situación es otra.
Durante 2021, las empresas de tecnología y telecomunicaciones facturaron 60 mil millones de dólares relacionadas con servicios de conectividad, ciberseguridad, hosting, servicios en la nube, plataformas de colaboración, software, entre otros, gracias a una mayor penetración del e-commerce, la digitalización y el home office.
Asimismo, durante el primer cuatrimestre del año en curso, las compañías mexicanas gastaron en promedio mil 559 millones de dólares en servicios de infraestructura en la nube, 60 por ciento más que en 2019, según datos del IDC.
El resultado en México obedece a que en gran parte de la pandemia, los usuarios pasaban conectados a internet tuvo un incremento sustancial, pasó de tres a seis horas por días, lo que abrió la puerta a los mercados digitales, mismos que obligaron a las compañías a invertir en tecnologías de la información.
Boom del e-commerce en México.
El año pasado, el comercio electrónico generó ventas por 401 mil 300 millones de pesos, las ventas online en México representaron el 11.3 por ciento del total de comercializaciones al menudeo en el país, según la Asociación Mexicana de Venta Online y se prevé que este año aumente la participación de este tipo de comercio.
Al cierre de 2022, se proyecta que el 27 por ciento del total de la facturación de las empresas de México sea aportado por servicios y experiencias digitales; sin embargo, para 2026 esta cifra se disparará y llegará a ser de hasta un 38 por ciento.
Mientras que, para 2023, se prevé que las compañías destinen el 44 por ciento de su presupuesto de Tecnologías de la información para el despliegue de nube privada, 41 por ciento para infraestructura tradicional y 15 por ciento más en la extensión de nube pública.
Miel sobre hojuelas.
Si bien las proyecciones en México parecen ir sobre ruedas, se debe tener cuidado ante las altas expectativas, por lo que los negocios todavía no pueden echar la casa por la ventana.
Para muestra un ejemplo, la plataforma canadiense de venta en línea Shopify despidió a mil personas, porque la adopción masiva del e-commerce durante la pandemia no produjo un cambio estable en los hábitos de consumo como esperaba.
Ojo al dato, la compañía explicó que contrató al personal en función de predicciones de tendencias ligadas a la pandemia. Esto es, que se apostó a que la proporción de dólares gastados en el comercio electrónico en lugar de tiendas físicas se dispararía de forma permanente, algo que no sucedió.
De tal forma que en México y el mundo las ventas en línea crecen de forma regular, las predicciones siempre pueden fallar.
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