Las tarjetas SD y MicroSD se han vuelto muy populares. Por una parte, se usan frecuentemente en los teléfonos inteligentes y, por otra, dan una gran capacidad en un espacio francamente minimalista. Son ideales para muchos dispositivos móviles en donde los usuarios cada vez más, necesitan más almacenamiento disponible.
Sin embargo, la velocidad de lectura/escritura de estas tarjetas, aunque para los estándares humanos sea alta, es relativamente lenta. Por ello, hay la necesidad de tener tarjetas de más almacenamiento con tiempos de lectura y escritura mucho menores. Y esto es lo que ha hecho ahora la empresa Samsung.
Las nuevas tarjetas se basan en el nuevo JEDEC Universal Flash Storage (UFS) 1.0 Card Extension Standard, que busca aumentar las velocidades de transferencia y además, terminar con la necesidad de diferentes adaptadores para distintos tipos de tarjeta. Samsung dice que puede escribir —secuencialmente— 530 megabytes por segundo, lo cual es cinco veces la velocidad de una tarjeta estándar MicroSD y que se acerca a la velocidad de los discos duros de estado sólido SATA.
De acuerdo a Samsung, le puede tomar 10 segundos leer 5 GBytes, es decir, una película completa en alta definición, contra los 50 segundos que tarda una tarjeta UHS-1 microSD, la cual tiene unos 95 MB/s en velocidad secuencial de escritura.
Samsung indica que el nuevo estándar ofrece mejoras dramáticas en la lectura “random”, es decir, cuando la información no está pegada byte a byte, sino que puede estar en diferentes regiones de la memoria de almacenamiento. Por ejemplo, la tarjeta de 256 GB UFS puede tener alrededor de 40 mil IOPS (Input/Output Per Second), una mejora de más de 20 veces lo que puede darnos una tarjeta microSD típica que puede leer unos 1,800 IOPS.
En cuanto a la velocidad de escritura, Samsung promete que es de 35,000 IOPS “random” en su tarjeta de 256 GB. Esto es 350 veces más rápido que la velocidad en una tarjeta MicroSD. Puede escribir unos 170 MB/s, lo que es el doble de lo que se obtiene en la SanDisk Extreme Pro.
No se han dado precios, pero claramente -al menos hasta que se conviertan en un estándar- las tarjetas de 32, 64, 128 y 256 GB serán en alguna medida más costosas que las tradicionales, pero quizás valga la pena en muchos casos tener estas velocidades que con las tarjetas normales simplemente es imposible.
El único detalle es que por el momento, estas nuevas tarjetas tienen una configuración de pines diferente, por lo que -al menos por ahora- hacer la transición no será barato.
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