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La ciencia no tiene límites: Un trasero robótico

Sin duda la ciencia es poderosa. Su fuerza se basa en el método científico, en donde se trata de formular hipótesis sobre un fenómeno en...

Sin duda la ciencia es poderosa. Su fuerza se basa en el método científico, en donde se trata de formular hipótesis sobre un fenómeno en particular y ver si efectivamente se cumplen las mismas. Si fallan, habrá que hacer una nueva hipótesis, cambiar quizás el modelo de lo que estamos analizando, y volver a confirmar o a rechazar la idea que queremos demostrar. Por ello mismo tenemos conocimiento, pues hemos hecho muchas hipótesis y comprobado (y desechado) algunas para construir el edificio de la ciencia.

En lo que se refiere a la anatomía humana, es evidente que una de las ‘máquinas’ más eficientes y sorprendentes es el propio cuerpo humano. La piel, por ejemplo, no sólo cubre los órganos y músculos, sino que por sí misma es un sistema muy complejo. Lo mismo pasa con los músculos y, desde luego, con los órganos que se encuentran dentro de nosotros. cada uno tiene una bioquímica muy particular que es, en ocasiones, difícil de entender, pero evidentemente se trabaja en muchos frentes para saber más sobre cómo somos.

Por ello, no es de sorprenderse que haya científicos que trabajan en emular algunas acciones del cuerpo humano, desde las cuerdas vocales hasta los labios robóticos. Los japoneses han hecho una gran variedad de partes robóticas por muchos años, pero hasta ahora parecen haber empezado a fijarse en el trasero humano.

Shiri, que significa ‘nalgas’ en japonés es la graciosa parte humanoide robótica que representa las emociones con movimientos táctiles y visuales en la transformación de los músculos. La meta de Shiri es expresar “varias emociones con movimientos orgánicos de los músculos artificiales”. Esto es una manera elegante de decir ‘movimiento de las nalgas’.

Shiri puede ponerse tenso, como las nalgas, siendo capaz de detectar cuando se le toca, se le golpea o incluso nalguea. El proyecto es el trabajo de investigación de Nobuhiro Takahashi y la Universidad de Electro-Comunicaciones del Japón. Takahashi está también trabajando en un ‘aparejo autoabrazador’ que pretende entender qué se sentiría poderse abrazar a uno mismo, así como algo parecido a un aparato besador.

El siguiente video muestra algunas de las características de Shiri. Por ahí del minuto 2:30 se le da de nalgadas a Shiri, si es que le interesan las acciones ‘fuertes’.

Si quiere ver el autoabrazador, vea el siguiente video:

Fuente: Kotaku

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