La rápida adopción de las criptomonedas en América Latina ha hecho que el uso de este tipo de productos tanto en temas relacionados con el mundo virtual como en la vida real.

Resulta que en diversas partes del continente la adquisición de bienes raíces se puede realizar con el dinero digital. 

En México, La Haus, una proptech colombiana con operaciones en el país, cerró la compra de un departamento en la Riviera Maya como parte de su estrategia para realizar transacciones con bitcoin en proyectos de vivienda en el país.

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La adquisición se hizo con un valor equivalente a 5.78 bitcoin, esto significa un valor de cerca de 248 mil dólares (precio del bitcoin es de 42 mil 946 dólares). 

Los planes de la compañía son expandir esta alternativa a todas las propiedades de su catálogo en el país que asciende a más de 80 mil viviendas nuevas y usadas.

Criptomonedas en AL.

Mientras este fenómeno se da en México, en Argentina, el exchange Tienda Crypto anunció un acuerdo con la inmobiliaria Click Aparts y la desarrolladora WGW con el que los usuarios de la plataforma podrán adquirir propiedades con criptomonedas.

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Ahora bien, las personas que quieran realizar sus compras con este método, se deben comunicar con estas firmas para especificar qué inmueble se desea comprar y luego, aclarar la transacción se realizará con criptodivisas.

Posteriormente se realiza la conversión a dólares automáticamente.

Realidad vs metaverso.

Actualmente el uso de criptomonedas en el acceso de entrada al mundo virtual, a pesar de su alta volatilidad; el metaverso está en una especie de auge de terrenos digitales en diferentes espacios que pueden ser adquiridos o rentados.

Decentraland es el espacio por excelencia para esta construcción que poco a poco llama la atención de las grandes marcas.

Mientras que en el mundo real, la compra de bienes inmuebles con base en criptomonedas tiene pros y contras, ya que la compra del espacio en Tulum costó alrededor de 300 mil dólares, si se hubiera hecho una semana atrás, hubiera sido menos costosa.

Algo que puede resultar contraproducente, no a quien le compra, sino que resta valor al activo de la propiedad.