La luna Europa, que está en órbita en Júpiter, es el siguiente objetivo de la NASA. Ya se ha pedido al Congreso norteamericano unos 30 millones de dólares para esta primera misión a uno de los satélites naturales del planeta más grande del sistema solar, el cual presenta un enorme número de interrogantes por resolver.

Ya en anteriores misiones, la NASA ha hecho algunos estudios de Europa, pero digamos que todo lo que sabemos de dicho satélite es de manera indirecta. Por ejemplo, esta luna es más chica que nuestra Luna terrestre, pero los científicos piensan que puede haber en el subsuelo océanos de agua, bajo el manto de hielo que cubre al cuerpo celeste. El total de los océanos en Europa podría contener el doble de agua que tiene la Tierra y hay científicos que creen que es el lugar más idóneo en el sistema solar para buscar vida, aunque ésta podría ser incluso a nivel microbial.

La NASA está interesada en aprender más sobre estos océanos potenciales, la composición de las áreas cafés en la superficie de dicha luna y las fuerzas geológicas que llevaron a generar esta capa de hielo. Para la NASA, esta misión de ir a Europa cae entre las dos de más alta prioridad. La otra es el explorador astrobiológico en Marte.

Si la misión a Europa tiene el visto bueno del Congreso norteamericano, la NASA dice que será similar al proyecto Europa Clipper, en el cual el Jet Propulsion Lab (JPL) de Pasadena, California, ha trabajado desde hace algún tiempo. La misión no sería orbital a la luna Europa, pero sí orbitaría Júpiter, con visitas ocasionales a Ganímedes y Callisto, para hacer uso de su gravedad para darle impulso y poder llegar hasta Europa. La NASA indica que mediante esta técnica, se podría reducir significativamente a poco menos de la mitad, el costo de la misión.

No hay aún detalles de la potencial misión a Europa todavía, pero por el momento se sabe que la sonda obtendría una buena parte de su energía a través de celdas solares. Habría radares para penetrar el hielo, espectómetros infrarrojos, cámara topográfica y un espectógrafo de masas. Una vez llegando a Europa, la nave recorrería unas 45 veces la luna para estudiarla más profundamente.

En caso de que la misión se realice, la futura nave llegaría para principios del 2020, pues el viaje a Júpiter es de unos seis años y medio. La nave tendría -al menos en principio- una vida útil de investigación de unos tres meses. Cuando el combustible se acabe y las pilas solares sean insuficientes, se planearía estrellar la sonda en Ganímedes para evitar la contaminación biológica en Europa.

Referencias:

NASA (PDF)