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Pagar por tuitear no es delito

Hace unas semanas asistí a una capacitación del Instituto Nacional Electoral para conocer las nuevas regulaciones en materia de cobertura de campañas políticas para medios...

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Hace unas semanas asistí a una capacitación del Instituto Nacional Electoral para conocer las nuevas regulaciones en materia de cobertura de campañas políticas para medios de información, actualización que he tomado varias veces desde el año 2000; pero, en esta ocasión, me sorprendió descubrir las decenas de vacíos legales que existen, uno de ellos, quizá el más grande, es el que dejaron en todo lo referente a Internet.

Así, por ejemplo, mientras existen monitoreos puntuales a la información que presentan la radio y la televisión, no hay nada que mida qué hacen esos mismos medios en redes sociales o cuántas notas publican en sus portales dedicadas a algún partido político.

Esos abismos fueron capitalizados por diferentes actores políticos durante la pasada campaña electoral (con algunas acciones que fueron sancionadas en su oportunidad, como los comerciales en los cines), pero el momento cumbre de esto se vivió el domingo 7 de junio, en pleno día de la elección, cuando diversas figuras mexicanas de la música, los deportes y la televisión escribieron en sus cuentas de Twitter mensajes que llamaban a votar a favor del Partido Verde.

Futbolistas como Marco Fabián y Oribe Peralta; cantantes como Gloria Trevi, Belinda, Marco Antonio Solís, el grupo Camila y Ninel Conde; así como populares conductores de TV, como Daniel Bisogno, llamaron, casi al mismos tiempo, a sus miles de seguidores a votar por el partido del slogan de “Sí Cumple”, utilizando redacciones, hashtags y mensajes muy similares.

Ante las protestas de ciudadanos y partidos políticos poco se hizo para resolver este conflicto que, de acuerdo con la legislación existente, técnicamente no viola ningún tipo de ley, ya que, como mencionábamos, las redes sociales en México no están reguladas en materia electoral.

Es más, algunas figuras públicas tacharon de ignorantes y hasta de jodidos a quienes decían en redes sociales y medio de información que estos tuits eran irregulares; decían que era parte de su libertad de expresión y que estaban en todo su derecho de decir lo que quisieran en su TL… lo cual, apegados a las leyes vigentes, es increíblemente cierto.

Como no hay una regulación puntual, las celebridades tuiteras sólo recibirán algunos llamados de atención, y en algunos casos, como el de los futbolistas, la Federación Mexicana de Futbol podría imponerles algún castigo por violar el código de ética.

En este contexto, los tuits más criticados fueron los del director técnico de la Selección Mexicana de futbol, Miguel “El Piojo” Herrera, quien en el último año ha participado en más comerciales que partidos de futbol, pero por el simple hecho de tener ese puesto se convierte, nos guste o no, en una especie de representante nacional.

Pero toda esta intención de hacer creer que se trataban de “mensajes espontáneos” se derrumbó cuando algunos personajes, como el conductor de TV, Jean Duverger (del canal deportivo Fox Sports y, por cierto, exintegrante de Timbiriche), denunciaron públicamente que recibieron ofrecimientos de miles de pesos para publicar esos tuits.

Ojo, cobrar y pagar por tuits no es malo ni ilegal, es más bien el equivalente a que una celebridad anuncie un producto o servicio, como lo hace el “Piojo” o cualquier otra persona, además de un excelente canal que tienen las marcas para colocar su mensaje en el público exacto al que quieren llegar.

El problema es que tuitear a favor de un partido político en pleno día de la elección es un asunto de ética y de sentido común (que, parece, algunas celebridades no tienen), lo cual está muy por encima de una ley mal hecha que no cubre este tipo de “incidentes”.

Apelar a que algunas personas tengan ética y sentido común es mucho pedir, especialmene cuando hay miles de pesos de por medio, además de otras instancias antes de los personajes tuiteros, como representantes o agencias de publicidad.

Cada quién puede decir lo que quiera en su Twitter, pero una nota del sitio de noticias de parodia mexicano, El Deforma, describe muy bien lo que pasa cuando el que tuitea es una celebridad: “Actor de teatro tuiteó a favor de Morena y nadie se dio cuenta”.

Es evidente que estos tuits no fueron gratis (si alguien no los cobró, se perdió de una oportunidad que seguramente otros sí aprovecharon), y legalmente no es culpa de quienes los difundieron, sino de quien los pagó. ¿Ya se pusieron a revisar quién encargó que se tuitearan estos mensajes?

No se trata de matar al mensajero, sino de saber quién encargó el mensaje, ya que si hubo algún pago, debe existir un comprobante… y si se pagó sin comprobante, hay una irregularidad que sí está penada.

Asimismo, las celebridades deben revisar en manos de quién están sus redes sociales, ya que muchas de ellas delegan su manejo a agencias digitales o de publicidad e, inclusive, de sus representantes. ¿Estos tuits se le pagaron directamente a las celebridades o a sus agencias y representantes?

Hay muchas preguntas que las autoridades deben responder: ¿de dónde salió el dinero para pagar 40 mil, 200 mil o millones de pesos por estos tuits?, ¿quién los administró?, ¿cómo se hizo el pago?, ¿quiénes sabían que se iban a difundir estos tuits?

Más que investigar a los tuiteros, las autoridades tienen que investigar primero a los partidos políticos y, a partir de lo que descubran, crear una ley electoral de verdad, que sí cubra los vacíos legales que existen en materia electoral en Internet, ya que de no ser así, para 2018 veremos capítulos más descarados y antiéticos que un simple tuit del técnico de la Selección o de la cantante de moda.

Así de simple.

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