Una más se suma a la cuenta. Como respuesta al conflicto armado gestado por Rusia en Ucrania, Intel acaba de anunciar que suspenderá todas sus operaciones comerciales en el país liderado por Vladimir Putin.

Esta noticia se dio a conocer mediante un comunicado de prensa liberado hace algunas horas, en donde el gigante tecnológico aseguró que cuenta con cerca de mil 200 empleados ubicados en tierras rusas.

Spotify suspende definitivamente su servicio en Rusia debido a la invasión

De manera puntual, el comunicado publicado en el sitio oficial de Intel indica:

“Intel sigue uniéndose a la comunidad global para condenar la guerra de Rusia contra Ucrania y pedir un rápido retorno a la paz. Con efecto inmediato, hemos suspendido todas las operaciones comerciales en Rusia. Esto sigue a nuestra decisión anterior de suspender todos los envíos a clientes en Rusia y Bielorrusia»

El texto sigue con un mensaje de apoyo para la población de Ucrania y los empleados rusos que podían verse afectados por esta nueva decisión:

“Nuestros pensamientos están con todos los que se han visto afectados por esta guerra, en particular la gente de Ucrania y los países vecinos y todos aquellos en todo el mundo con familiares, amigos y seres queridos en la región. Estamos trabajando para apoyar a todos nuestros empleados en esta difícil situación, incluidos nuestros 1200 empleados en Rusia. También hemos implementado medidas de continuidad comercial para minimizar la interrupción de nuestras operaciones globales”.

Intel se suma a 600 empresas ¿funcionará?

La salida de Intel de Rusia se suma a lo hecho por otras 600 grandes empresas que han abandonado dicha nación desde el 24 de febrero cuando comenzó la invasión, según estimaciones de la Escuela de Administración de Yale.

En dicho listado se encuentran grandes empresas tecnológicas como Apple, Dell, Spotify y Amazon, entre otros, y la única pregunta que queda en el aire es si esta presión económica en realidad tendrá el efecto esperado.

La historia entrega un pronóstico poco alentador. Cuando menos así lo deja ver un estudio realizado por la Universidad de Drexel el cual indica que aunque las sanciones impuestas a Rusia se consideran únicas en el alcance y la velocidad con la que se adoptaron, es posible que poco efecto tengan si se considera la historia moderna.

Luego de estudiar 1.101 casos de sanciones aplicadas por países, grupos de países u organizaciones intergubernamentales desde 1950 a la fecha, se estima que solo cerca de un tercio de las mismas suelen tener éxito y lograr sus objetivos.