Uno de los efectos más evidentes de las redes sociales es la incomodidad que pueden causar en algunas personas o sectores de la población. Una de las expresiones más usadas en estas redes son los «memes», que no son otra cosa que imágenes a las que se les añade un texto, muchas veces irónico, o bien, imágenes modificadas con Photoshop para burlarse de algo o alguien.

Y hemos visto que cuando estos memes atacan a gente que tiene poder, como los políticos, enseguida salen ideas para tratar de minimizar su efecto. Por ejemplo, en Indonesia, el gobierno de ese país está buscando criminalizar a los usuarios de Internet que generen o que pongan memes en sus muros de las redes sociales.

Su acta llamada Electronic Information and Transaction Law (ITE), busca castigar a todas las comunicaciones electrónicas que inciten el terror o la vergüenza basadas en la difamación. El público ha mostrado su descontento al respecto, pero en lugar de escuchar lo que dice la gente, el gobierno está buscando introducir más restricciones a la libertad de expresión. Poner memes, textos, imágenes o videos, podría se penado si se encuentra un tono difamatorio, por decir lo menos.

De acuerdo con el gobierno de Indonesia, esto busca prevenir y controlar el «ciberbulling». Sin embargo, no se necesita ser demasiado inteligente para darse cuenta que puede ser usado como una herramienta política contra la oposición durante las elecciones.

Los ciudadanos ya se han opuesto a esta acta, porque para empezar, no hay reglas claras de lo que se considera ofensivo. Así entonces, en estos términos, el gobierno puede decidir qué es ofensivo y qué no, cuando se le antoje.

Ya el acta funciona desde el 2008 y unas 200 personas han sido perseguidas legalmente en Indonesia. El caso más notable es el de Prita Mulyasari, que en el 2009 se quejó de los servicios del hospital Omni International.

Es claro que los nuevos tiempos han traído nuevas herramientas a los ciudadanos y ahora la exposición de lo que hace mal el gobierno, o los funcionarios de los mismos, está mucho más abierto que años atrás y a nadie le gusta ser «ventaneado».

No obstante, estas actas legales tienden a ser obsoletas y además, no hacen disminuir los comportamientos «indeseables» de los usuarios de las redes sociales. Es una medida que no funciona en general, pero no falta el gobierno que sigue creyendo que esto es controlable.
Referencias:

DailyDot