Una montaña que la sonda Curiosity ha investigado parece haber sido en realidad un gran lago, aunque hablamos que esto pudo haber pasado hace unos diez millones de años, de acuerdo a las estimaciones de los científicos. El descubrimiento se basa en los datos recolectados por el Curiosity en los últimos dos años y medio, incluyendo hallazgos de sedimentos de piedras de arena, que se hallan inclinados hacia el Monte Sharp, un borde de unas tres millas de alto que forman el borde de un cráter de 96 millas de ancho, que parece haber hecho un gran impacto.

«Podemos ver una serie de piedras de arena, en donde están inclinadas en gran escala hacia el sur», indica el cientifico del Curiosity Sanjeev Gupta, en una llamada telefónica. Los analistas de la misión creen que es posible que el Monte Sharp quizás no haya existido en ese tiempo, pero el Cráter Gale, el lugar donde aterrizó la sonda, fue posiblemente un lago poco profundo. «Configuraciones similares se han hallado en la Tierra en la boca de los canales de los ríos donde se alimentan los lagos», dijo Gupta.

Los investigadores indican que el Monte Sharp parece haber sido formado desde sedimentos depositados en el centro de lo que habría sido el lago hace millones de años. Los sedimentos podrían haber sido llevados por los ríos originados desde el cráter, los cuales podrían haberse conformado como hielo o nieve y eventualmente haber terminado en agua que llenó la cavidad del cráter. Los científicos sospechan que los vientos erosionaron los depósitos, creando eventualmente la montaña.

«Estamos empezando a pensar que tal vez el Monte Sharp se formó en una serie de episodios que involucraron sedimentación y erosión, así como con la intervención de otros procesos», dice John Grotzinger, científico de la misión desde CalTech, en Pasadena. Los responsables de la misión Curiosity piensan que hubo muchos ciclos de tiempos húmedos como secos en el Cráter Gale, y que estos ciclos continuaron por decenas de millones de años, lo cual podría haber sido una esperanza para hablar de vida a nivel microbios hace millones de años.

«El tamaño del lago en el Cráter Gale y la longitud de la escala de tiempo implican que hubo una buena posibilidad de que se asentara algún tipo de vida microscópico», dijo Michael Meyer, científico de la misión exploratoria a Marte.

Curiosity aterrizó dentro del cráter Gale para discernir qué tan parecido es el ambiente marciano al de la Tierra y si existen los elementos químicos que podrían soportar la vida. Se halló un entorno de vida que debería considerarse amigable pero aún hay muchas conclusiones que sacar al respecto de las posibilidades que podría tener una misión tripulada hasta el planeta rojo.

Referencias:

Discovery