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Civiles que controlan un satélite artificial

Por primera vez en la historia, un grupo independiente está tomando el control de un satélite de la NASA y ayudándose a generar fondos a...

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Por primera vez en la historia, un grupo independiente está tomando el control de un satélite de la NASA y ayudándose a generar fondos a través de una misión tipo “crowdfunded”. Todo esto lo están haciendo desde un centro de control de misiones en un McDonald’s abandonado en Mountain View, California, usando partes de viejos radios que compraron en eBay y utilizando una pantalla de TV plana. “Si pudiese dar algún otro detalle absurdo, lo daría”, dice Keith Cowing, el líder del proyecto.

El ISEE-3 es un satélite de la era del disco, que se usó para medir el clima del espacio, como por ejemplo, la radiación y el viento solar. Pero hace décadas dejó de usarse. Ahora un pequeño grupo ha tomado el control del satélite con una bendición silenciosa de la NASA. Cowing es un ex-empleado de la NASA de hecho, y ahora tiene un par de sitios web sobre el tema espacial, como NASA Watch y SpaceRef. Un noche, en el desierto, Cowing le preguntó a Bob Farquhar, un viejo investigador de la NASA que trabajó en los días de gloria del satélite ISEE-3, qué es lo que tomaría sacar del retiro a un satélite artificial.

Para empezar, la batería del satélite ha estado muerta por 20 años, pero tiene páneles de energía solar para alimentar el 98% de las capacidades del aparato. El satélite tuvo misiones alrededor de la Luna y la Tierra, y voló en la cola de un cometa. Pero la tecnología se volvió vieja y la mayoría fue feliz al abandonar este proyecto, pensando que en algún momento regresaría a su órbita en la Tierra, es decir, en el 2014.

El satélite quedó fuera de línea, la documentación se perdió y el equipo se volvió obsoleto. Pero aun así se podía escuchar al satélite. Se necesitaba construir el equipo para llevarlo de nuevo a la vida. Pero el satélite había sido contruido para mantenerse “vivo” con tecnología relativamente simple. Cowing se preguntaba si sería my difícil lograr revivir las funciones del satélite.

Dos semanas más tarde, empezó Cowing una campaña de crowdfunding para hacerse de 125,00 dólares y logró juntar 160,000 dólares. En las siguientes seis semanas, un pequeño equipo estaba en Puerto Rico, en el Observatorio de Arecibo, haciendo pruebas, buscando hacer contacto con el satélite.

Aparte del apoyo de la campaña para hacerse de dinero, la idea llegó a la NASA, pero no había precedentes sobre algo así y como la propia NASA no quería decir que no, le dijeron al equipo si podían ayudarlos en algo. Para empezar, necesitaban espacio para su centro de control. Hallaron que tenían cerca del Ames Research Center en Mountain View, una barbería y un McDonald’s abaondonado. Alguien chocó con su camioneta en la barbería, por lo que no quedó más que la opción del McDonald’s.

El nuevo centro de control se bautizó como “McMoon”. Cumplía con los criterios más importantes: era gratis y tenía las puertas cerradas.  Para la consola, se hicieron de una TV plana averiada. le cambiaron la fuente de poder y listo. Las otras piezas las compraron ví eBay, así como una Mac (laptop) y algunas partes de radios. Con apenas estas tecnología fueron capaces de contactarse finalmente con el ISEE-3.

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Una vez logrado esto, establecieron una nueva órbita para el satélite alrededor del Sol, más larga que la órbita terrestre y así el satélite estaría cercano a la Tierra por momentos, permitiendo que la comunidad de gente interesada pudiera hacer pruebas por un tiempo. Mientras tanto el satélite toma muestras del clima solar y lo comparten con cualquiera que esté interesado.

En alguna medida el satélite es de datos abiertos, cosa que debe agradecerse por muchos motivos, pues pone en manos de quien le interese, información que muchas veces solamente la tiene la NASA y que pudiese ser suficientemente técnica para no hacerla pública. Cowing indica: “Permitimos que todos los que estén interesados y tengan una computadora,  sean capaces de hacer algo con todos estos datos”.

Google también ha ayudado a abrir los datos al mundo, ayudando al equipo a poner la información en diferentes formatos y paquetes, para que cualquiera pueda revisarlos si les interesa. De acuerdo a Cowing: “La gente del espacio es como arrogante. Yo era así pero ahora ya no pienso que la gente que no usa una calculadora portátil y un protector de bolígrafos no pueda involucrarse”.

Referencias:

betabeat

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