Las impresoras 3D tomaron por asalto al mundo hace unos pocos años. Una de las primeras que se produjo fue la MakerBot, la cual se compraba en partes y había que armarla.

Estos modelos, que parecían más bien hechos para «nerds» y no para usuarios comunes, tenían una buena cantidad de problemas.

Muchas veces, por ejemplo, la cabeza de impresión fallaba. Hay que decir que la cabeza de una impresora 3D es un aparatito que calienta el cable de plástico hasta derretirlo y generar un hilo capaz de formar piezas en tres dimensiones. Así, cuando estas cosas ocurrían, había que desarmar la impresora para corregir la dificultad.

Hoy en día esto ya no ocurre. Incluso los nuevos modelos de las MakerBot han solucionado muchos de los problemas que tenían sus primeras impresoras. Además, han surgido muchas nuevas compañías que compiten en este mercado de impresoras 3D de bajo costo. Y un ejemplo de ello es la XYZprinting, fabricante de impresoras 3D, diseñadas para el salón de clases.

XYZprinting desarrolló una nueva impresora 3D, llamada da Vinci miniMaker, que cuesta 299 dólares y está diseñada para que la utilicen niños de 12 años de edad en sus clases.

El diseño de la impresora busca que sea fácil de usar, está fabricada en colores atractivos e incluye botones para imprimir y autocalibrarse. Igualmente, la empresa integra su producto con su sistema educativo, que no es otra cosa más que una selección de software educativo, adicional a un programa para modelar objetos 3D y una selección de diseños tridimensionales ya listos para imprimirse.

La da Vinci miniMaker puede pedirse por Amazon (en Estados Unidos) y se envía a los compradores en el verano, para que, cuando regresen a la escuela, esté todo listo para que empiecen a trabajar con ella.

Referencias:

TechCrunch