Hoy en día vivimos en el mundo light, en donde todo parece ser sencillo, fácil. Pareciera que esforzarse es una mala idea siempre y por ende salen a relucir todo género de propuestas en los más diversos ámbitos, que promueven lograr aprender un instrumento musical en 5 lecciones, o bajar 10 kilos en un par de semanas, o convertirse en un musculoso hombre haciendo ejercicio 5 minutos al día por un mes, etcétera. La realidad es que todo esto en general es falso.

En programación hay también esa idea arraigada. Hay quienes han decidido hacer sistemas que en principio al menos, son programables por cualquier usuario, pues las facilidades que otorgan son tantas que no se requiere saber de estructuras de datos, de apuntadores, de pilas, de variables reales, enteras o de cadenas de caracteres. Todo eso parece estar oculto y entonces los creadores de estos sistemas alegan tener casi la solución a los problemas en programación.

Evidentemente esto no es cierto en muchas ocasiones, aunque claramente pueden resolver algunos problemas sencillos sin -efectivamente- tener que escribir código. Estos son especies de machotes (templates), que hacen ya una serie de tareas que ya alguien pre-programó, y que nos dan la ilusión de que somos nosotros los que hemos creado la app. El problema con este enfoque es que son sistemas muy limitados.

En iOS, para iPad y iPhone/iPod, hay varias apps que prometen al usuario hacerlo programador sin necesidad de escribir realmente código. Por ejemplo, AppArchitect es una de estas.  Se supone, al menos en teoría que con esta herramienta se pueden construir apps para iPhone y iPad usando una interfaz simple de arrastra y soltar (drag & drop). ¡Suena emocionante la idea! Cero líneas de código escritas y sin embargo, con una app lista.

AppArchitect empieza preguntándole al usuario si quiere hacer una app para el iPad o para el iPhone. A partir de esto, aparecen una serie de elementos en la pantalla, con pestañas de propiedades, con componentes que se pueden usar. Se puede tomar y arrastra una imagen de fondo y soltarla. Añadir texto, mapas o enlaces. Una vez hecho todo esto, se puede mandar la app a la tienda virtual de Apps de Apple para su aprobación.

Ilya Zatulovski, co-fundador de la empresa que hace AppArchitect, piensa que su sistema promueve la creatividad, porque no restringe a los usuarios a usar templates. Pero desde luego, si se quieren usar esto, no hay inconveniente. Pero sí lo hay. De hecho, una de las cosas que probablemente no se pueda hacer con AppArchitect es juegos, pero de acuerdo a Zatulovski, “la plataforma es totalmente extendible”, es decir “todos los plug-in se escribieron en Objective C, por lo que se puede usar nuestro SDK para estos propósitos”, indica.

¿SDK? ¿Objective C? ¿Pues no que no teníamos que preocuparnos por eso? ¿No que no necesiitabamos escribir código? Si hay algo que queremos hacer y no está en las opciones, ¿qué hacemos? ¿usamos el SDK y creamos el plug-in basado en Objective C? No suena muy convincente o al menos ya no resultó muy exacto eso de que no se necesita saber programar…

Hay que decir que AppArchitect es un de los primeros servicios que ofrecen herramientas para la web sin las limitaciones que ofrecen los sistemas que usan templates. La compañía ha estado en beta (con su sistema) los pasados 4 meses y unos 400 usuarios han probado el servicio de forma privada. Hoy el sistema está abierto a todos. AppArchitect es por lo pronto gratuito, pero podría cambiar de status. AppArchitect está solamente disponible para iOS, pero se espera que se expanda a Android.

La idea aparentemente es buena, pero cae en el cliché de que se puede ser programador sin saber programar. En ese sentido hay que dudar de todo lo que supuestamente dice poder hacer.

Referencias:

AppArchitect 
TechCrunch