Las mujeres han jugado un papel fundamental en el mundo de la tecnología y un claro ejemplo de ello es Hedy Lamarr, la actriz e inventora austríaca que revolucionó al mundo por completo.

Lamarr, que nació en el año 1914, tuvo una gran contribución a la sociedad al haber sido la inventora del sistema de comunicaciones denominado como «técnica de transmisión en el espectro ensanchado».

En términos generales, en esto se basan todas las tecnologías inalámbricas de las que disponemos actualmente.

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Del cine a la tecnología

La actriz fue considerada como «la mujer más hermosa de Europa» por el director Max Reinhardt y es recordada en la historia por haber sido la primer mujer que simuló un orgasmo en el cine a través de la película Éxtasis de 1933.

Si bien Lamarr fue una de las mujeres más brillantes de la época y destacó por hacer frente a ciertos temas tabú en el séptimo arte, su legado va mucho más allá de eso.

La actriz austríaca fue coautora de la tecnología en la que se basa el WiFi moderno. Esto como consecuencia de que Hedy Lamarr se diera cuenta de que las señales que guiaban por radio a los torpedos de la Armada de Estados Unidos eran muy fáciles de interferir, por lo que se desviaban de su rumbo inicial.

Sin embargo, llegar hasta ese punto no fue tan fácil. De hecho, en la década de los 40, Hedy conocía de cerca las prácticas del gobierno de Hitler y tenía mucho rencor hacia los nazis, por lo que ofreció sus conocimientos y trabajo como ingeniera en pro de los aliados, pero fue rechazada por las autoridades, quienes aconsejaron que siguiera sustentándose de su físico y de su carrera como actriz, promoviendo la venta de bonos de guerra.

Con esto en mente, la actriz ideó una campaña en la que ofrecía un beso a cualquiera que adquiriera 25,000 o más dólares en bonos. En una sola noche, logró vender 7 millones de dólares.

Sin embargo, Lamarr no estaba del todo satisfecha con ello, ya que ella deseaba aportar conocimientos técnicos que pudieran mejorar las oportunidades de los ejércitos aliados.

Y así fue como, tras varios años de lucha, la icónica mujer diseñó una tecnología, junto con el compositor George Antheil, que fue utilizada para controlar los torpedos y la comunicación, ya que dicho terreno era especialmente crítico en tiempos de guerra. Todo esto se basó en un principio musical (porque sí, Lamarr también tenía mucho conocimiento musical).

La primera vez que Estados Unidos empleó su patente fue en la crisis de los misiles de Cuba, y no fue hasta la década de 1980, cuando el sistema vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil.

La idea de Hedy Lamarr, mantenida en secreto por el ejército americano, acabó convirtiéndose en la precursora de la tecnología que sigue siendo vigente para redes móviles, dispositivos con Bluetooth y WiFi… tal y como la conocemos ahora.

Lamentablemente, su labor como inventora no fue reconocida hasta después de su muerte en el año 2000.

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