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Quien es el dueño del balón pone las reglas

A pesar de las protestas de los desarrolladores y usuarios del iPhone, las tiendas App Store de la compañía de la manzana tienen todo el...

A pesar de las protestas de los desarrolladores y usuarios del iPhone, las tiendas App Store de la compañía de la manzana tienen todo el derecho de remover o rechazar cualquier aplicación que elijan. Sin embargo no porque puedan deberían hacerlo. Actuar de esa manera tiene como efecto desalentar el entusiasmo por desarrollar en esta nueva plataforma.

Esto pareciera ser otra nueva tormenta típica de Mac en un vaso de agua. La historia en breve es ésta: después de que Apple rechazó aplicaciones para el iPhone como “I am rich“y “netshare“, se agrega a la lista negra una nueva aplicación “Podcaster“, la cual, de acuerdo a su creador, duplica la funcionalidad de la sección de Podcast de la propia aplicación iTunes de Apple.

Habría que pensar si Apple tiene derecho de no distribuir alguna aplicación en particular. O preguntémoslo de esta manera: ¿Tiene Apple la obligación de aceptar todas las nuevas aplicaciones desarrolladas por terceros? La respuesta es simple: por supuesto que no. De hecho, la licencia de uso del software de desarrollo para iPhone indica que “Apple se reserva el derecho de aprobar o desaprobar cualquier aplicación a su entera discreción“. Obviamente esto da margen legal a hacer lo que se les antoje.

Para muchos esto es injusto, es casi censura o al menos monopólico. En realidad es dudoso que sea todo eso. Hay muchos clientes de podcast y además, hay otras plataformas telefónicas. El iPhone se podrá estar vendiendo muy bien, pero es difícil que se le deba catalogar como monopolio (por el momento).

Si Apple puede rechazar alguna aplicación a su solaz discreción, incluso si no viola las guías de desarrollo del iPhone, entonces ¿por qué alguien querría invertir tiempo y dinero para hacer algún desarrollo para esta plataforma? Este es quizás el meollo del asunto.

Ya se ha dicho en diversos blogs que Apple ha aprobado más de una aplicación que duplica la funcionalidad de alguna de las partes del sistema. Pensemos, por ejemplo, en el desarrollo de un programa de calculadora, el cual puede tener muchas más funciones que la aplicación original que pueda tener el iPhone. No parece haber nada en la guía del desarrollador del iPhone que prohiba tales duplicaciones.

Aparentemente todo se resume a que la aplicación “PodCast” compite con las aplicaciones de Apple y eso pues no les gusta. Con este criterio, apuntan los críticos, el entusiasmo por desarrollar para el iPhone podría bajar en los programadores profesionales, dejando entonces el campo libre a aplicaciones hechas por estudiantes y aficionados.

En un pasado no demasiado distante, un grupo de compañías, en EEUU desde luego, intentó ejercer un control similar sobre cómo su producto era distribuido. “O lo compras como nosotros queremos o no lo tienes de ninguna manera” (algo así como los productos que se anuncian en TV y que alegan que jamás los verás en las tiendas -como si eso fuera una ventaja). Sin embargo, esto nunca funcionó. Así, quienes han sido rechazados en sus desarrollos por Apple están tomando las acciones pertinentes: venderlo por otros medios, por página web, con distribuidores alternos, etc. Claro que no tendrán el “sello de aprobación” de Apple, pero el hecho de que hayan sido rechazados incluso sirve como argumento de propaganda a favor de dichas aplicaciones.

No se sabe aún el futuro de “Podcaster“, pero está claro que para Apple, que quien tiene el balón pone las reglas o dicho de otra manera “la regla de oro es que quien tiene el oro pone las reglas“.

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