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Para evitar la piratería de libros

Se necesitan nuevos esquemas y modelos de negocios para evitar la ya casi tradicional piratería de todos los contenidos. He aquí una propuesta que pudiese eliminar esta situación.

Los contenidos digitales, desde que se volvieron parte de lo que es Internet, se habrían convertido inevitablemente en el objetivo de la piratería. El formato mp3, el sitio Napster y además la velocidad de acceso a la red que cada vez se hace más veloz y que permite entonces mandar más megabytes por minuto, empezaron a incidir fuertemente en la industria disquera y tan es así, que eventualmente esta industria ha buscado desalentar a los piratas aunque creo que con muy malos resultados.

El problema básico en esta industria es que ésta quiere que el comprador se haga de un disco completo y que no lo ande copiando a otras personas. Pero esto se basa en un argumento que va contra nuestra naturaleza, que es la de compartir. En lugar de eso, la industria disquera quiere dividir a las personas para que no se compartan nada. Pero eso es un error y es por ello que la piratería existe. Imaginen que alguien llega a su casa y escucha un disco compacto que le interesa. Probablemente se lo pida a usted o le pida una copia. Y para colmo, usted probablemente tenga discos compactos vírgenes para hacerle la copia y los programas que le permitan hacer esto. Y entonces, le tengo noticias: es usted un pirata, aunque la copia la haya hecho de buena fe.

Apple, curiosamente, cuando sacó su tienda virtual, decidió que cada canción o pieza musical costaría un dólar. Entonces, los usuarios -si querían dicha canción- simplemente abonarían esa cantidad y no doce veces eso para hacerse de un CD de música en donde simplemente le interesaban una o dos canciones. Y el modelo fue muy popular. La tienda iTunes reportó haber vendido el primer día un millón de dólares hasta donde recuerdo.

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Pero llegaron otros contenidos digitales: los videos, las películas, las series de televisión y hasta los libros, los cuales ahora se escanean casi con la misma calidad que los originales y se transmiten digitalmente por la red.

¿Cuál es la razón que ahora se consigan tantos libros y documentos en PDF o ePub y muchos de ellos de forma gratuita? Las razones son varias: los elementos para escanear documentos y libros cada vez son más accesibles. Hay una buena cantidad de herramientas para formar PDFs de fotos que se le toman a cada página de un libro. La transmisión vía Internet ya no es interminablemente lenta y el punto fundamental: los libros todavía son demasiado costosos en muchos casos.

Pondré el caso de los libros de ajedrez. Un libro que acaba de salir puede costar entre 25 y 30 dólares. Y entiendo que las editoriales, que arriesgan su dinero, busquen ponerle un precio -que debe estar calculado- para recuperar la inversión en un tiempo determinado. Y quiero suponer que la editorial conoce el mercado y sabe como cuantos libros venderá en un momento dado. Sin embargo, deja del lado este mercado de la gente que buscará en la red cómo hacerse del libro sin pagar.

El remedio a esta dificultad, en lo que se refiere a libros electrónicos, parece sencilla: póngase un precio relativamente bajo. Pondré un ejemplo: los programas de ajedrez más fuertes en el mercado, para la PC, cuestan unos 50 dólares. Pero en el teléfono, en donde con todas las limitaciones de hardware, estos programas juegan igualmente muy bien, cuestan la quinta parte. Entonces, muchas veces se pagan 10 dólares por el programa en cuestión y además, no hay un procedimiento simple para pasárselo a nadie más. Y si lo pensamos, si alguien de tus amigos te dice que se los pases gratuitamente, tienes dos opciones, una es decirle que no sabes cómo hacer eso y la segunda, que por qué no lo compran, pues el costo es mucho menor que antes con el software de la PC.

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Y entonces ésta es la solución: hagamos que las empresas del ramo editorial decidan poner sus libros mucho más barato. En lugar de 25 dólares, póngalo en 5 dólares y probablemente mucha más gente lo comprará. Que sí, que no faltará quien lo pueda piratear, pues sí, pero la idea es minimizar el problema.

Esta me parece la mejor solución hasta el momento y las tiendas de apps bien me pueden dar la razón si decidimos ampliar el espectro de lo que venden o que permiten descargar. Creo que es una opción razonable. Me parece que habría más gente que por 5 dólares es capaz de comprar el nuevo libro de su interés a esperar hallarlo en quién sabe qué sitio pirata para descargarlo y ya.

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