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Cualquier negocio, empresa o actividad comercial que tiene éxito, de inmediato comienza a obtener las mieles del triunfo: fama y dinero. Cada vez más se...

seguridadCualquier negocio, empresa o actividad comercial que tiene éxito, de inmediato comienza a obtener las mieles del triunfo: fama y dinero. Cada vez más se vuelve foco de atención y, claro, levanta celos de los que se quedaron en el intento o de los que “ya casi llegan”. Y esto no solo aplica para actividades comerciales o profesionales donde intervengan transacciones de dinero, casi en cualquier situación en la vida, a unos les va mejor que a otros.

Para los primeros, esos que de repente tienen mucho que proteger, la sociedad se ha encargado de recordarles que “alguien más te puede quitar lo tuyo”, de ahí que, por ejemplo, sin importar la zona de la ciudad o país donde viva, cuentan con un seguro contra robo y, posiblemente, algún sistema de alarma dentro de su propiedad.

Sería irrisorio pensar en que alguien próspero (o no tanto) simplemente deje su casa sin protección, así como también está “de locos” pensar que dejaría abiertas sus oficinas, con acceso a los archivos o a cualquier rincón… en toda cabeza humana cabe el sentido de protección.

Y claro, a los que les va exageradamente bien tienen más que proteger. Una gran mansión con mucho contenido o tal vez varias casas, grandes oficinas con mucha gente trabajando dentro de ellas… hay que cuidarse de todos y a toda hora. Eso es lo que pasa típicamente en el mundo físico que conocemos.

Pero, ¿qué pasa en el mundo de Internet? Podemos decir que algo más o menos similar. Así como el dueño del negocio protege físicamente sus instalaciones, todo lo “virtual” que circula por la red interna de la oficina o a través de Internet, debería estar protegido.

Para nadie es secreto que la información es poder y cuesta y mucho. Qué tal que el director de ventas esté planeando irse de la empresa, pero antes de anunciarlo toma “prestados” unos archivos de Excel con el histórico de ventas, la proyección para los siguientes años y el directorio de clientes… por ejemplo. No suena padre. Y no lo es. O en un despacho de abogados, por poner otro ejemplo, ¿Qué pasaría si los archivos de la defensa de un cliente llegan a manos de la otra parte?

Acabo de estar en la ciudad de Atlanta donde IBM mantiene una de las varias oficinas de la firma que adquirió hace algunos años y que se llama ISS (Internet Security Systems). ¿Qué hacen? Se dedican a proteger información.

Se escribe sencillo y suena más o menos complicado, pero es como si contratara un servicio de seguridad para los datos. Si lo trasladamos al plano físico, la empresa o información podría ser un rascacielos y ISS podría ser el cuerpo de seguridad que revisa todo: quién entra, quién sale, qué llevan, a dónde lo llevan… sabe quién puede y quién no, en fin, todo lo que tiene que ver con seguridad de la información.

En la visita a sus oficinas nos mostraron uno de los “SOC” o “Security Operating Centers”, que no es nada más que un cuarto con grandes pantallas y varios “guardianes de la información” trabajando. Tienen unos 8 de estos centros alrededor del mundo ya que así no batallan con los diferentes horarios de los clientes que, también, están repartidos por todas las zonas horarias.

La mejor, pero no más indicada ni elegante forma de describir algo de lo que hace ISS por las empresas es que serían algo así como los “guaruras” de la información. Ojo, no de las personas, sólo cuidan los bits y los bytes.

Si usted todavía no tiene una mega empresa que requiera de estos servicios, puede ir revisando y platicando de lo que “se vale” y “no se vale” con la información de su negocio. En esos casos es mejor la persuasión uno a uno. Y claro, cuando crezca, siempre podrá contratar los servicios de este tipo de firmas, que parece que no existen… pero ahí están, trabajando sigilosamente.

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