En 2009, cuando surgió la pandemia de la influenza  A H1N1 era común escuchar a la gente hablar de nuevas cepas del virus. Actualmente, cuando empezaron a surgir las variantes del novel coronavirus, empezamos a oír la palabra cepa, pero no, los expertos ya corrigieron y en este caso lo correcto es hablar de variantes.

En las últimas semanas, el nombre de variante Delta suena mucho y como sinónimo de peligro. Pero, ¿qué es una variante del virus? ¿Por qué esta variante es peligrosa? ¿qué se puede hacer al respecto?

El virus que provoca la enfermedad conocida como Covid-19 se llama SARS-CoV-2. En la medida en que se esparce por el mundo, este virus se ha ido modificando y generando diversas variantes.

Los virus, todos, incluido el SARS-CoV-2, cambian con el tiempo. 

Estos cambios ocurren en la medida en que el virus se muda de huésped a huésped para adaptarse a los diferentes organismos que habita. La mayoría de los cambios, según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas en inglés), representan un impacto mínimo en las propiedades del agente. “Sin embargo, algunos cambios pueden afectar las propiedades del virus, como la facilidad con que se propaga, la gravedad de la enfermedad asociada o el rendimiento de vacunas, medicamentos terapéuticos, herramientas de diagnóstico u otras medidas sociales y de salud pública”, dice la OMS.

A partir de las diferentes propiedades de estas mutaciones del virus, la OMS empezó a usar diferentes categorías para distinguir unas de otras. De ahí, se conocen dos tipos de variantes, según esta clasificación de la OMS: Variante de interés (VOI), y Variante Preocupante (VOC). También podrían existir Variantes de Mucha Consecuencia (VOHC), pero aún no hay variante de este coronavirus que merezca esta clasificación. Hasta el momento, hay siete VOI, según la OMS. En tanto, hay cuatro VOC. 

A su vez, la OMS ha asignado diferentes nombres, usando letras del alfabeto griego, a los diferentes linajes y variantes del virus. Es decir, hay variantes Alfa, Beta, Gama, Eta, Theta, Epsilon, Kappa, Iota, etcétera, incluyendo por supuesto la variante Delta. Estos nombres se asignan dependiendo del linaje de cada variante, que a su vez se clasifican con letras y números (por ejemplo, el linaje de la variante Delta es B.1.617.2).

Aunque ahora es famosa la variante Delta, no es la primera vez que oímos a los medios hablar de estas VOC. Por ejemplo, ya se había hablado de las variantes de Inglaterra o la sudafricana. Los nombres con letras griegas surgieron para evitar hacer referencia a los lugares donde fueron detectadas, ya que eso puede generar actos de discriminación. La conocida como variante inglesa, por ejemplo, es la variante Alfa, documentada por primera vez en septiembre de 2020. La sudafricana, a su vez, es en realidad la variante Beta.

Por su parte, la variante Delta fue documentada por primera vez en India en octubre de 2020. Clasificada como una VOI en abril y desde el 11 de mayo como una VOC.

¿Por qué preocupa tanto la variante Delta?

La repentina fama de la variante Delta se debe, muy probablemente, a que el doctor Anthony Fauci, asesor médico jefe del presidente de Estados Unidos y que ha sido uno de los principales científicos trabajando para combatir la pandemia en ese país, dijo que la variante Delta puede ser más contagiosa que la variante Alfa y generar una enfermedad más severa, según un comunicado de la Casa Blanca publicado a principios de junio. Esto alertó a mucha gente.

La variante Delta tiene al menos una decena de mutaciones, entre ellas, varias en su proteína, lo que la hacen mucho más contagiosa y quizá más letal, además de que es más resistente a las vacunas. En India, esta variante contribuyó a la reciente ola de muertes causadas por la enfermedad —una de las olas más devastadoras de toda la pandemia en todo el mundo.

Aunque aún no se ha propagado de manera general, ya se han ubicado casos de la variante Delta en México —específicamente, en San Luis la Secretaría de Salud reportó 34 casos de la variante en mayo, causados por la visita de un trabajador indio que vino a una capacitación— y debido a su capacidad de contagio es un peligro.

Lo que se sabe de la variante Delta aún no es definitivo y las conclusiones se sacan a partir de la información de India y, más recientemente, del Reino Unido, donde actualmente representa más del 90% de los casos nuevos, y ha atacado a una buena parte de personas no vacunadas. Por este motivo, el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció la semana pasada que pospuso la reapertura total del Reino Unido, programada para el pasado 21 de junio.

¿Y la vacuna?

Algo que ayuda a tranquilizarnos es que, con lo descubierto hasta ahora en India y el Reino Unido, las vacunas en contra de Covid-19 siguen siendo bastante efectivas contra la variante Delta, según diversos reportes.

Según un estudio dado a conocer por el gobierno del Reino Unido, la vacuna Pfizer-BioNTech cuando se han aplicado las dos dosis recomendadas, mantiene una efectividad del 96% para prevenir hospitalizaciones en pacientes contagiados con la variante Delta. Asimismo, la vacuna de AstraZeneca mantiene un porcentaje similar reduciendo las hospitalizaciones.

Sin embargo, hay algunas limitantes. Por ejemplo, si no están puestas las vacunas completas, la variante Delta se vuelve más efectiva para provocar el contagio —en cualquier caso, hay que decir que una primera dosis al parecer sigue ofreciendo una fuerte protección contra la hospitalización o la muerte—. La otra limitante es que, aun cuando se reduce la severidad de la enfermedad entre personas vacunadas, la variante Delta sigue siendo contagiosa —sobre todo, según ciertos reportes, para quienes tienen vacunas sin ARNm: si quieres saber más sobre los diferentes tipos de vacunas que hay, revisa este texto.

Según un estudio publicado en la revista científica The Lancet, científicos en Escocia descubrieron que en personas con ambas dosis de la vacuna de AstraZeneca colocadas, se redujo la probabilidad de infección por la variante Delta en solo 60%, una protección nada despreciable, pero mucho menor de lo que se consigue normalmente. Según el mismo estudio, la vacuna Pfizer-BioNTech demostró una eficacia del 79% contra la infección de la variante Delta. No está mal, pero sigue siendo más probable acabar contagiado.

¿Y cuál es la diferencia en la enfermedad?

La variante Delta, además, puede tener síntomas un poco diferentes. Según un reporte, el epidemiólogo británico, Tim Spector —cofundador de la aplicación Zoe Covid Symptom, que analiza los síntomas generados por la enfermedad en el Reino Unido—, dice que la app ha registrado un incremento en el síntoma del dolor de cabeza y luego dolor de garganta, secreción nasal y fiebre. La tos es ahora, al menos en esta aplicación, el quinto síntoma más reportado; es decir, los síntomas más comunes en los contagiados han cambiado un poco. Por ejemplo, la pérdida del olfato, antes una característica más común entre los síntomas, casi no se presenta, por lo que se concluye que la variante funciona un poco diferente.

El problema de esto es que la gente podría confundir más fácilmente los síntomas con los de una gripa normal, provocando que sigan con su vida normal y contagien a más personas de Covid-19, lo que aunado a la mayor capacidad de transmisión de la variante podría ser una receta perfecta para provocar nuevas olas de contagio en todo el mundo.

Asimismo, hay reportes de que el Covid-19 ha provocado en pacientes en India la aparición de un hongo negro en los senos nasales y el cerebro, además de la pérdida de la audición, entre otros síntomas graves. Aunque aún no hay certeza científica, pareciera que hay alguna relación y la variante Delta podría provocar efectos secundarios diferentes y más severos en los pacientes.

¿Y ahora qué se puede hacer?

En todo el mundo, más personas han muerto a causa del coronavirus durante la primera mitad de este 2021, en comparación con todos los decesos registrados el año pasado. Incluso a pesar de que en este año ya se han aplicado buena cantidad de dosis de las vacunas en contra de la enfermedad.

Lo que parece urgente, por supuesto, es que más y más gente se vacune en contra del Covid-19, pero aún hay muchas diferencias en el mundo. Mientras que en Estados Unidos ya están vacunando a niños mayores de 12 años, hay muchos trabajadores de la salud, personas mayores y pacientes con cáncer en muchos otros países que siguen sin recibir la vacuna. Hasta el momento, tres cuartas partes de todas las vacunas contra el virus en el mundo se han impartido sólo en 10 países, mientras que las naciones más pobres han recibido menos de la mitad del 1% del suministro de vacunas. Esto genera la alarma de, por ejemplo, la OMS, pero no se ha logrado repartir mejor las vacunas.

Hasta el momento, Estados Unidos es el país que más muertes ha reportado a causa del nuevo coronavirus. India, sobre todo después de la última ola de decesos, es el tercer país con más muertes, aunque las autoridades ya han dicho que el conteo oficial probablemente está por debajo del conteo real de muertos a causa de Covid-19 debido a la escasez de pruebas.

En América Latina, Brasil es el segundo país con más número de muertos a causa de la pandemia, mientras que México ocupa un poco honroso cuarto lugar en número de decesos.

Por lo pronto, es muy importante que se sigan manteniendo, en la medida de lo posible, todas las precauciones como el distanciamiento social, el uso de cubrebocas, evitar aglomeraciones, porque a pesar de todo, la pandemia sigue cobrando vidas en todo el mundo.

Asimismo, es muy importante que se vacune el mayor número de personas posible, lo más rápido que se pueda. La recomendación es que si te puedes vacunar, te vacunes, sin importar qué vacuna sea. Los riesgos de que la vacuna sea dañina es mucho menor al riesgo de que te contagies de Covid-19 y la enfermedad puede provocar muchos daños e incluso la muerte.