Jake Evill un estudiante graduado de la Universidad de Wellington está tratando de cambiar el concepto de los yesos o férulas con su nuevo molde Cortex, el cual es fabricado a partir de una prueba de rayos x y una impresora 3D.

Este prototipo usa materiales reciclados hechos de poliamida (un tipo de polímero que contiene enlaces de tipo amida que se pueden encontrar en la naturaleza, como en la lana o la seda, así como en materiales sintéticos, como el nailon o el Kevlar). Es lo suficientemente delgado y ligero como  para caber, por ejemplo, debajo de la manga de una camisa y gracias a que es ventilado no tiene mal olor además es lavable y uno se puede bañar con él.

La estructura es diseñada tras el análisis de una radiografía de la lesión y un modelo de la extremidad creado a través de un scanner poniendo un refuerzo extra en la zona donde está la fractura o el esguince. Una vez impresa la estructura (proceso que toma cerca de tres horas), se cierra sobre la extremidad usando un sistema incorporado en la impresión que no se pueden deshacer hasta que el proceso de curación este completo.

“Después de muchos siglos de férulas y yesos engorrosos que han sido la perdición en la picazón y mal olor de millones de niños, adultos y ancianos por igual, en todo el mundo, por fin podemos brindar un apoyo a las fracturas en el siglo XXI de una manera más avanzada y cómoda”, dice Evill.

Por ahora, “Cortex” es sólo un concepto, aunque el rápido crecimiento del mercado de impresoras 3D podría hacer que pronto sea una realidad.

Referencia: Cortex