Científicos japoneses han logrado identificar una especie de bacterias capaces de descomponer el politereftalato de etileno o PET, un tipo de polímero usado en envases como botellas plásticas que es altamente resistente a la biodegradación.

El PET es un poliéster, un polímetro termoplástico. Es el mejor y más resistente plástico utilizado mayormente en los envases de bebidas, en especial botellas de agua, y en textiles. El reciclaje de PET, tiene una gran importancia dentro de los plásticos, por su presencia masiva.

En 2013 se produjeron alrededor de 56 millones de toneladas de politereftalato de etileno en el mundo derivados en un 90 por ciento del petróleo, y se estima que sólo el 14 por ciento entró en algún procesos de reciclaje. Su acumulación en los ecosistemas de todo el mundo supone un problema cada vez mayor. Hasta la fecha, se han encontrado muy pocas especies de microorganismo que descompongan este polímero.

“Hasta ahora no existía ningún informe de cómo degradar el PET a dióxido de carbono y agua. Una de las razones es porque PET tiene estructuras cristalinas y también una naturaleza química hidrófoba”, dijo Kohei Oda, investigador del Instituto de Tecnología de Kyoto y responsable de la investigación.

Ideonella sakaiensis

En la investigación los científicos identificaron enzimas de la bacteria Ideonella sakaiensis201-F6, que puede degradar casi en su totalidad una lámina delgada de PET tras seis semanas a una temperatura de 30 ºC. El hallazgo se produjo como resultado de un estudio de las colonias bacterianas observadas en 250 muestras extraídas de los residuos de PET, con el fin de estudiar la biología de las bacterias que lo utilizan como fuente primaria de carbono.

“Logramos aislar a estos microorganismos en un lugar de reciclaje de botellas de PET. Nuestro estudio es solo el inicio para desarrollar una tecnología que pueda degradar el material de PET que se desperdicia a escala industrial”, añade el científico.

Estas enzimas por sí solas son capaces de descomponer el PET en unidades estructurales más simples. Lo sorprendente, según los investigadores, es que además son extremadamente únicas en su función, si se las compara con las enzimas más próximas conocidas de otras bacterias.

Esto hace que los científicos se cuestionen la evolución de estas bacterias devoradoras de plástico. “No tenemos ninguna evidencia hasta ahora. Suponemos que su enzima evolucionó de la cutinasa, porque en condiciones especiales tiene cierta capacidad de degradar PET”, concluye.

Referencia: Science, SINC