El mundo de los videojuegos de finales de los 80 estuvo marcado por la llegada de un dispositivo portátil con el que se acabaría la imposibilidad de jugar títulos de Nintendo fuera de una consola casera y que, además, evitaría esa falta variedad de títulos que marcó a plataformas como Game & Watch. Su nombre: Game Boy.

Desde su llegada en 1989, el Game Boy de Nintendo se colocó por encima de las consolas portátiles de la competencia (como el Game Gear de Sega o el Lynx de Atari) gracias a la duración de la batería y a la resistencia de sus materiales, de forma que su éxito lo llevó a dejar de ser un referente de los videojuegos para convertirse en un ícono cultural.

Con el tiempo llegaron rediseños del original Game Boy, como el Game Boy Pocket y el Game Boy Light, y nuevas versiones de la línea, como el Game Boy Color y el Game Boy Advance, y todos fueron un éxito rotundo, con ventas en conjunto de más de 200 millones de unidades desplazadas.

Entonces, aun con todo ese éxito, ¿por qué dejó de existir el Game Boy?

Por el éxito que tuvo el Nintendo DS, dispositivo que originalmente estaba planeado como un tercer pilar -junto con el Game Boy Advance y el GameCube– de la gama de consolas de Nintendo, pero cuya recepción y ventas orillaron a la Gran N a apostarle ya no como una línea aparte, sino como un sucesor del Game Boy.

La desaparición del Game Boy no estaba planeada, tan es así que cuando Nintendo comunicó en 2003 que estaba trabajando en el Nintendo DS, afirmó que no se trataría del sucesor del Game Boy Advance.

El desarrollo del DS obedeció a una idea original de Hiroshi Yamauchi, presidente de Nintendo de 1949 a 2002, sobre la importancia de desarrollar un dispositivo portátil de pantalla dual.

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Nintendo ya se encontraba trabajando en el sucesor del Game Boy Advance, cuyo nombre código era IRIS, pero entonces llegó la orden de enfocar esfuerzos en el DS y el escepticismo se apoderó de todos, incluido Satoru Iwata, quien para ese entonces ya había sucedido a Yamauchi en la presidencia de la empresa.

Aun con dudas, Iwata decidió apostar por la idea de Yamauchi y cuando los reportes de ventas llegaron, los resultados fueron inesperados: El Nintendo DS había sido un éxito rotundo.

De ahí lo siguiente fue trabajar en actualizaciones del DS y luego en el desarrollo de la línea sucesora, Nintendo 3DS.

¿Volveremos a ver la línea Game Boy? Es improbable.

Pero encontrándonos en un momento en el que estamos viendo el resurgimiento de consolas del pasado, como el NES, el SNES y hasta el PlayStation en sus versiones mini, todo puede suceder.

*Imagen de portada tomada de Twitter/Nintendrew_