Cuando Sony reveló el diseño oficial de PlayStation 5 en el marco de un evento digital el pasado 11 de junio, también adelantó que uno de los títulos de lanzamiento sería Spider-Man: Miles Morales, un juego que desde luego despertó el entusiasmo de la fanaticada en razón del tremendo éxito que tuvo con crítica y público Marvel’s Spider-Man en 2018.

El desarrollo de Miles Morales fue un secreto ejemplarmente guardado, y aunque el entusiasmo estaba ahí, las dudas en torno a si se trataría de un juego completo o de una expansión del de 2018 no se hicieron esperar.

Y ahora, después de haberlo jugado a fondo como parte de nuestra cobertura del lanzamiento de PlayStation 5, podemos decir que lo de menos es si es una expansión o un juego aparte, pues Spider-Man: Miles Morales es un buen ejemplo de lo que la nueva generación de consolas puede conseguir a nivel técnico en su primera fase de vida.

Ubicado un año después de los eventos del juego de 2018, Spider-Man: Miles Morales se centra en el personaje titular, quien ya ha comenzado a entrenar con Peter Parker para dominar sus poderes arácnidos.

Nueva York está en tensión política, pues las elecciones para el consejo municipal están a punto de tener lugar, y en la contienda está Río Morales, la mamá de Miles, y bajo este panorama se hace evidente el enfrentamiento entre la corporación Roxxon y un grupo llamado Underground.

Con su hogar Harlem en medio del conflicto, Miles se verá orillado a dejar atrás sus miedos y a convencerse de que no necesita ser acompañante de otro héroe, pues él mismo es el Hombre Araña.

La propuesta de Spider-Man: Miles Morales es la misma de Marvel’s Spider-Man: Es un título de acción y aventura en perspectiva de tercera persona que se desarrolla en un mundo abierto en el que hay libertad para explorar y seguir las misiones de la historia, o bien para hacer misiones alternas que van desde ayudar a los habitantes de Nueva York combatiendo crímenes que se están desarrollando en tiempo real, ir a la caza de coleccionables que están regados en todo el mapa, o completar los distintos desafíos que ayudan a mejorar habilidades y a subir de nivel.

Al igual que en el juego de 2018, gran parte del encanto recae en el diseño de movimientos y esquema de control, pues el usuario tiene completo dominio en la manera en que el héroe se mueve a través de la ciudad columpiándose en sus telarañas, ya que es necesario que haya objetos a la redonda en los que estas se puedan adherir, mientras que en el balanceo cada quien decide en qué momento salta manualmente para generar más impulso, sea para tener mayor velocidad o para alcanzar lugares altos.

A esto se le suma que Spider-Man puede caminar y correr sobre los muros de los edificios y evadir automáticamente obstáculos, lo que se traduce en un movimiento ininterrumpido que contagia la vertiginosa sensación de ser el amistoso vecino arácnido.

Lo mejor es que desde su arranque Spider-Man: Miles Morales le ofrece al usuario todos los movimientos que en el juego de 2018 se van desbloqueando, es decir, no pierde el tiempo y nos deja en medio de la acción con un abanico completo de habilidades en nuestras manos. Las explicaciones vienen más del lado del sistema de combate, que por cierto se fundamenta en el del juego que precede, pero añade varios cambios para dejar claro que esta es una aventura aparte con su propia personalidad.

La complementación entre los cuatro botones de acción es fundamental para salir victorioso de un enfrentamiento. Cuadro es para atacar, Triángulo es para usar la telaraña, Círculo para evadir y Equis para saltar, y la recomendación es que las combinaciones que se hagan entre ellos atiendan a la situación en específico.

Por ejemplo, si entre un grupo de enemigos hay uno armado, lo mejor es quitarle el arma con la telaraña y aislarlo del resto llevándolo al aire para conectarle ahí un combo, y después de incapacitarlo llegar con los otros en una lógica de combate en 360° prácticamente igual a la de la saga Batman: Arkham, en la que hasta se nos avisa en qué momento hay que aplicar evasión para continuar con la cadena de ataques.

Uno de los distintivos con respecto al juego de 2018 es que Miles tiene habilidades que solo le pertenecen a él y que están relacionadas con el veneno, traducidas en descargas eléctricas que pueden ser empleadas en distintas situaciones, como incapacitar a varios enemigos de un solo golpe en el suelo, o romper la guardia de aquellos que cuentan con tecnología que previene que un ataque normal les afecte.

Estas habilidades de veneno requieren de una barra que se va llenando con los ataques, combos y finishers que se asesten o, fuera de combate, con las suertes que se hagan en el aire mientras Spider-Man se traslada por la ciudad. Asimismo, de esta misma barra es posible jalar vida durante los duelos.

El camuflaje es otra habilidad de Miles y también expande las posibilidades de estrategia durante el combate.

Combate, veneno y camuflaje son parte de un árbol de habilidades que se van desbloqueando con puntos que se recolectan al hacer misiones y en atención al nivel que se tenga en el momento, es decir, será imposible hacerse de una que requiera nivel 16 cuando se tiene ocho.

Además, Spider-Man puede adquirir gadgets que le ayuden durante el combate y para ello necesitará contar con tokens de actividad o piezas de tecnología, que se encuentran al hacer todo tipo misiones o como parte de los coleccionables, respectivamente.

Esto nos lleva a hablar de los trajes, un punto de extrema obsesión cuando se trata de juegos del arácnido, y en ese sentido Spider-Man: Miles Morales no defrauda, pues presume una amplia variedad cuyo desbloqueo depende del nivel que se tenga, de haber llegado a determinado punto de la historia, o de cierta cantidad de tokens de actividad y piezas de tecnología.

De ahí la importancia de hacer misiones principales y alternas y de recorrer el mapa frecuentemente, pues si se pretende tener mejoras cosméticas o de jugabilidad, será necesario contar con todos los requisitos que estas piden.

Pero eso no será ningún problema, pues en adición a que el mapa es de una imponente extensión de casi seis kilómetros de norte a sur, basta con deslizar hacia la izquierda el touchpad del DualSense para abrir el catálogo de actividades y crímenes que se pueden atender. En otras palabras, mantenerse ocupado es una garantía en este título, lo que aumentará su duración, que por default es corta como ya se nos había anticipado.

Ojo, el hecho de que sea un juego corto no es en detrimento de la experiencia que depara, pues hablamos de un título con el que es imposible no quedar con una sonrisa permanente dibujada en el rostro, sea por lo emotivo de su historia, lo empático de sus personajes, lo impresionante de sus cinemáticas, lo emocionante de sus quick time events, o por la manera en que transmite ser un amistoso superhéroe que siempre está preocupado por su familia y vecindario.

Hablando del apartado técnico es importante señalar que Spider-Man: Miles Morales en PlayStation 5 cuenta con dos modos gráficos: Fidelidad y Rendimiento. El primero corre a 30 FPS en 4K y ofrece las características que tanto se han resaltado de esta nueva consola, como el ray tracing y efectos visuales adicionales. El segundo corre a 60 FPS, pero no ofrece tales características y su 4K es dinámico.

Partiendo de que es un juego que luce similar al de 2018 -un título que ya impactaba en lo gráfico-, las nuevas tecnologías ayudan a potencializar los visuales, de manera que el ray tracing se hace evidente desde los primeros minutos y brinda un mayor sentido de realismo gracias al comportamiento de la luz y los reflejos.

La SSD de PlayStation 5 hace posible que los tiempos de carga sean casi inexistentes y eso se puede ver desde en la manera en que iniciar el juego toma solo unos segundos, o en cómo trasladarse de un punto de la ciudad a otro con ayuda del fast travel es prácticamente al instante.

El diseño de audio es brillante y también es clave en transmitir la sensación de ser Spider-Man, sobre todo cuando estamos columpiándonos entre edificios, o cuando Miles hace un finisher con todo el poder de sus habilidades de veneno.

No todo es asombroso como el Hombre Araña en este juego, y en varias ocasiones nos encontramos con bugs que nos hicieron reiniciar la partida, así que solo resta esperar a que sean corregidos en virtud de parches que salgan una vez que el juego llegue al mercado.

Spider-Man: Miles Morales quizá no resulte novedoso como el de hace dos años, pero en definitiva es un gran juego que nos recuerda qué hizo tan especial a su antecesor. Es un juego que pone énfasis en la acción y en el sentido de inmersión, sin descuidar un solo momento a sus personajes, con quienes es imposible no involucrarse.

Y además su calidad gráfica y el aprovechamiento de las tecnologías de PlayStation 5 lo hacen ser un debut con el pie derecho de la nueva generación de Sony.

Calificación: 9.0/10
Spider-Man: Miles Morales
Año: 2020
Developer: Insomniac Games
Publisher: Sony
Versión revisada: PlayStation 5
También disponible: PlayStation 4