De alguna manera se veía venir desde que inició tropezadamente en 2019, pero Google Stadia ya es el centro de una demanda presentada en su contra por situaciones relacionadas con el servicio.

Cuando los de Mountain View anunciaron Stadia en el primer trimestre de 2019, lo hicieron ver como si fuera una suerte de Netflix de los videojuegos, es decir, un catálogo de títulos a disposición de los usuarios a cambio de una cuota periódica, pero conforme la fecha de lanzamiento se acercó la compañía aclaró que el modelo más bien sería on-demand, lo que para muchos configuró un primer supuesto de publicidad engañosa o exagerada.

Después, una vez que Stadia llegó al mercado, se presentaron otras situaciones que también podían encuadrar en engaño, como fallas generales con el servicio y una librería limitada de títulos, algo que ya se antojaba detonante de un pleito legal.

Pero Google ahora sí fue demandada colectivamente por exagerar las especificaciones de Stadia, en específico la resolución a la que corren los juegos de su librería.

En la demanda, consultable en el portal classaction.org -especializado en exponer procesos legales iniciados contra corporaciones que se conducen contrario a derecho- se menciona que al anunciar Stadia en marzo de 2019, Google afirmó que sería más poderoso que las consolas Xbox One X y PlayStation 4 Pro combinadas. También se señala que Phil Harrison, vicepresidente y mánager general de la compañía, dijo en octubre de 2019 que todos los juegos disponibles en Stadia correrían a una resolución de 4K.

Además, se hace hincapié en que muchas personas, incluida la demandante principal Jacqueline Shepherd, compraron la Founder’s Edition y la Premiere Edition, esta última a un costo de 130 dólares, creyendo en el poder y resolución prometidos por Google.

Pero después de usar el servicio, Sheperd se dio cuenta de que muchos juegos no cuentan con resolución 4K, motivo por el que envió a Google una carta suscrita por ella y por otras personas para expresar su inconformidad y para solicitar que se hicieran los ajustes necesarios.

Al no recibir respuesta de la compañía, Sheperd presentó demanda colectiva en Nueva York bajo el argumento de que Google hizo afirmaciones falsas ligadas a la calidad del streaming, con el fin de generar más ingresos para la división Stadia. “Hay miles de artículos y reportes en Estados Unidos y en el mundo sobre las declaraciones engañosas en las que los consumidores están haciendo decisiones de compra”, dice el escrito.

Los demandantes buscan compensación monetaria, así como la reparación de los daños que surgieron por haber contratado Stadia.

La demanda fue presentada en octubre de 2020, pero es hasta ahora que sale a la luz a través del colectivo ClassAction.