La tecnología de reconocimiento facial basada en inteligencia artificial (IA) ha generado tantas expectativas como dudas desde su nacimiento y firmas como Microsoft demuestran que quizás el mundo no este listo para capitalizar este avance.

Y es que mientras para algunos se trata de una tecnología que podría marcar un precedente en temas de identificación, seguridad y acceso, para otros se trata de un avance que podría suponer violaciones importantes en términos de seguridad y privacidad.

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La polémica alrededor de este último punto ha llevado a cientos de empresas ha repensar sus proyectos alrededor del reconocimiento facial y la última en dar marcha atrás es Microsoft.

El gigante tecnológico anunció el retiro definitivo de su tecnología de reconocimiento facial que además de ser capaz de identificar características como la edad, género y color de cabello, prometía inferir emociones.

Dicha tecnología ha dejado de venderse al tiempo que perderá todo soporte hacia el 30 de junio de 2023. Adicional, Microsoft aseguró que si bien se eliminará la capacidad de reconocer «atributos como género, edad, sonrisa, vello facial, cabello y maquillaje», se mantendrán otros como el desenfoque automático de rostros en imágenes y videos.

No obstante, la empresa afirmó que las personas que deseen hacer uso de estos servicios, conocidos como Azure Face, deberán explicar de manera puntual cómo y dónde será utilizada dicha tecnología.

¿Cómo era la tecnología de Microsoft?

La decisión se desprende -en gran medida- de una revisión a las políticas de ética en el uso de Inteligencia artificial de Microsoft, la cual ha hecho énfasis en garantizar que estos avances no incurran en violaciones a la privacidad o bien sean utilizados para agravar problemas sociales de discriminación y abusos.

Microsoft no ha sido la única empresa en abandonar este tipo de proyectos IA capaces de detectar emociones. IBM abandonó sus esfuerzos en la materia bajo el temor de que su tecnología fuera usada para trasgredir los derechos humanos. Google ha hecho lo propio con el bloqueo de 13 reacciones en su herramienta de lectura de emociones y la evaluación de 4 existentes.

Ante este escenario, lo que queda es entender cuáles son las razones y preocupaciones que causan tantas dudas alrededor del reconocimiento facial y emociones con base en IA.

Ver la propuesta que Microsoft puso sobre la mesa durante 2015 y que ahora ha decidido cerrar puede dar algo de luz al respecto.

La herramienta que cerrará el siguiente año, funciona bajo Emotion API. Así era posible, por ejemplo, subir una imágen con una o varias caras que serían leídas a través del sistema de inteligencia artificial.

Al colocar el puntero sobre el rectángulo de detección de rostros, se desplegaría un menú de ocho emociones distintas y su aparente participación en la expresión de cada rostro expresado en porcentaje.

A estas conclusiones se llegaba luego de evaluar una gran cantidad de información hospedada en la nube utilizada para entregar conocimiento al algoritmo de IA y mejorar su lectura para fotografías o imágenes futuras.

Lo cierto es que poco se hablaba sobre la certeza de lectura, los estándares de uso para esta tecnología o los procesos de almacenamiento de la información, temas que sin duda han sido base de las preocupaciones de cientos de empresas.