WhatsApp, la aplicación de mensajería instantánea más popular de la actualidad, esconde muchos secretos en su historia, origen y significado.

La plataforma cuenta con miles de millones de usuarios; sin embargo, pese a su popularidad, pocos realmente han cuestionado el origen de aquella aplicación que tanto utilizan en su cotidianidad.

Diario o casi diario utilizamos WhatsApp para comunicarnos, para divertirnos y para mantener el contacto laboral o social. Mandamos memes, GIFs, emojis, videos y compartimos prácrticamente todo a través de la aplicación.

Incluso WhatsApp cuenta con funciones que no muchos conocen y que podrían ser de gran utilidad para optimizar su experiencia en la plataforma.

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La historia de WhatsApp

WhatsApp es una compañía que fue creada en 2009 por Jan Kuom, un ucraniano nacido en las afueras de Kiev, y Brian Acton, un norteamericano que trabajó para Adobe, Apple y Yahoo antes de incursionar como cofundador de la app de mensajería instantánea.

Jan Kuom había sido marcado por la guerra y la precariedad en su infancia e incluso apenas pudo graduarse de la escuela secundaria y después se enlistó como estudiante de Matemáticas y Ciencias de la Computación. Kuom, al igual que muchos otros emprendedores como Bill Gates o Mark Zuckerberg, abandonó sus estudios.

Kuom era judío, al igual que su familia, así que vivían con miedo. Cuando Jan cumplió 16 años, emigró a Estados Unidos en compañía de su madre y de su abuela.

Al llegar, tocaron terrenos de Mountain View, California, la misma ciudad en la que ahora están las oficinas de WhatsApp y el enorme campus de Google.

A los 18 años, Kuom se interesó mucho por la computación y, tras un largo recorrido, finalmente conoció a Brian Acton en Yahoo. Durante ocho años, ambos sujetos entablaron una estrecha amistad.

En 2009, Kuom compró un iPhone y se dio cuenta del enorme potencial que podían tener los dispositivos inteligentes, así que se arriesgó y decidió fundar WhatsApp, un nombre que se inspira, como era de suponerse, en la frase «What’s Up».

En ese mismo año, Brian Acton fue rechazado en Facebook y Twitter. Ahora, de forma irónica, la empresa de Zuckerberg terminó integrando a ambos amigos en su junta directiva.

Originalmente, WhatsApp era una especie de agenda inteligente en la que se podía saber qué hacía cada persona para verificar si estaba disponible para hablar o si era mejor contactar por mensaje SMS.

Pero, después, ambos amigos consideraron que debían hacerle frente a grandes rivales como Skype, BlackBerry Messenger y MSN.

Desde siempre se ha dicho que ambos desarrolladores tienen una apariencia muy sencilla. Kuom y Acton siempre han querido reflejar en Whatsapp valores de humildad y sencillez.

Es por ello que el logo de WhatsApp intentó connotar precisamente ese mensaje. El icono de la famosa aplicación es reconocible y recordado: un teléfono levantado dentro de una nube de conversación color blanco en un fondo verde.

Todo parece indicar que se eligió al color verde porque representa seguridad y ese debe ser un aspecto de vital importancia al comunicarnos con la gente, ya que buscamos privacidad en nuestras conversaciones.

En el mundo digital, el color verde suele utilizarse cuando algo es seguro o está verificado. Imagina que, en lugar de verde, el logotipo de WhatsApp fuera rojo… quizá no te daría la misma confianza, ¿cierto?

Desde una perspectiva de marketing, el color verde capta la atención fácilmente y destaca de otras aplicaciones. Del mismo modo, el color verde significa la renovación y la abundancia. Es el color de la naturaleza, así que representa armonía y esperanza, dos aspectos necesarios para que una persona se pueda proponer algo con el fin de conseguirlo.

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¿Conocías estos datos interesantes sobre WhatsApp?

*Portada: Getty Images