La telefonía celular todos los días nos trae avances. Por ejemplo, si usted tiene un plan de datos y voz por algunas de las compañías que dan estos servicios, habrá notado que cada dos años, las características de los equipos con los que se cuenta han duplicado sus posibilidades. Si antes le daban un teléfono de 8 GB de memoria, ahora los hay de 16 GB de manera estándar. Y si los hay de 16 GB estándar el año pasado, hoy hablamos de 32 Gb como lo mínimo razonable.

Steve Wozniak está molesto porque aún no existe un iPhone plegable

Los teléfonos celulares se han convertido en la computadora portátil. Y aunque sí, se usan para comunicarse por voz, esta opción probablemente no es la más usada. Hoy se mandan mensajes, correos, archivos, se entra a Internet, se conecta uno a Facebook o Twitter o bien, baja aplicaciones para jugar o para moverse en la ciudad como Waze o Google Maps.

Y si además de esto consideramos lo que ofrece el hardware actual, veremos que los teléfonos inteligentes tienen cámaras de más de 10 megapixeles en general  y en ocasiones tienen no una, sino dos o más cámaras, las cuales permiten sacar fotos en altísimas resoluciones o videos incluso en 4K.  El software que manipula las gráficas y fotos se parecen cada vez más a las posibilidades que da en general Photoshop algún otro programa gráfico y permite editar no sólo imágenes fijas, sino también videos.

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Pero hay una dificultad, todo lo que podemos hacer hoy en los teléfonos tiene que hacerse en una pantalla relativamente pequeña. Las tablets podrían reducir este problema pero éstas son más voluminosas y en general no pueden llevarse en los bolsillos. Por ello, la idea de estos nuevos teléfonos con pantallas plegables  podría considerarse la mejor solución a toda esta problemática.

Así, una pantalla del teléfono plegable se convierte de pronto en una tablet y la información que puede desplegar es mucho más grande y accesible al usuario. Los comandos gestuales para hacer zoom se eliminan de alguna manera porque ahora el despliegue de datos es mayor. Y las nuevas tecnologías hacen que el teléfono no crezca en grosor cuando se guarda.

Pero esto hoy tiene un costo enorme. Hay un teléfono de 1980 dólares y otro de 2300 euros con todas estas facilidades, con muchísima más memoria y desde luego, con muchas  más prestaciones. Y estos precios son quizás excesivos pero son los primeros modelos. Y en este negocio de la telefonía, como en muchos otros, estos costos exagerados son los que finalmente patrocinan de alguna manera los desarrollos que eventualmente llegan a más personas. Consideremos los teléfonos de gama media que podemos tener, que tienen prestaciones que hace unos años eran para los teléfonos de gama alta.

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Hacerse pues de un teléfono “fold”, flexible en su pantalla, puede ser un lujo que quizás sea mejor no darse, porque estamos empezando a ver esta nueva tecnología y seguirá habiendo cambios. Tal vez valga la pena esperar a los siguientes adelantos que además, se darán quizás en menos de un año.

Sé que es lindo ser de los primeros en tener la nueva tecnología, pero hago énfasis: esto apenas está empezando. Y sí, a mí me gustaría tener ya una pantalla de esas que se doblan que, además, me causa mucha curiosidad de ver y del cómo funciona. Pero bien podemos esperar un poco y así como hay quien va a la premiere de alguna película, la ventaja de ello no es tanta a quienes la ven semanas después en el cine. Vamos, que la novedad es siempre interesante, pero cuando se trata de tecnología, hay que irse con más lentitud porque paradójicamente, esta cambia muy rápido.

Por mi parte me esperaré por dos motivos: no tengo esa cantidad de dinero para comprarme un teléfono de esos precios y por otro, entiendo que los sistemas operativos tendrán que irse adecuando a las nuevas posibilidades del hardware y eso llevará algún tiempo para que la ingeniería de software pula de forma considerable. Me conformaré con ver algún teléfono fold y admirar las cosas maravillosas que nos ha tocado vivir en este nuevo siglo.