Alejandro Gallardo Enríquez es un ingeniero egresado de la UNAM que desde hace más de diez años intentó describir una fuerza de repulsión gravitatoria usando álgebra elemental, falseando así tanto la gravedad Newtoniana como la Relatividad General.

Él no es la primera persona que hace esto, pero sí la más mencionada por el escándalo asociado a su idea, faltante de todo rigor científico

La polémica Tesis

Gallardo Enríquez se tituló el 26 de febrero del 2016, aunque su tesis había sido suspendida porque la propuesta de la misma parecía digna de la ciencia ficción.

Cualquier físico podrá decirle que el trabajo del ahora ingeniero no tiene los mínimos requisitos del rigor científico.

Por ejemplo, elimina la relatividad y la mecánica cuántica, ambas teorías de gran éxito pues han podido predecir un sin número de fenómenos.

Y si esto fuera poco, supone que pronto habrá autos voladores, impulsados por la gravedad repulsiva y lo que le dará además un Premio Nobel.

La tesis de Gallardo fue aprobada el 3 de diciembre, después de 10 años de polémica. No había sido aceptada debido a que que no había aprobado un proceso de revisión de pares, muy probablemente porque era impublicable (i.e., no cumple con requisitos mínimos de originalidad, legibilidad, calidad técnica y rigor matemático).

Se trata de un escrito que ignora o malinterpreta todos los avances en gravitación de la segunda mitad del siglo pasado, en particular las pruebas de precisión de relatividad general, y comete sistemáticamente errores cómicos, como hablar de los “gravitrones”.

La gravedad repulsiva, o antigravedad, supone que esta fuerza puede ser positiva o negativa, tanto atraer otras masas, como siempre lo ha hecho, como repelerlas, como nadie ha encontrado que ocurra.

La idea de Gallardo ignora artículos científicos en donde se investiga esta posibilidad, que podría uno suponer que deberían estar en su trabajo de tesis.

Igualmente no toma en cuenta trabajos como el de Massimo Villata, quien cree por ejemplo, que la energías oscura no tiene significado físico y entonces supone que tal vez hay una fuerza repulsiva de la gravedad, aunque esto es una mera especulación que el científico del Instituto Nacional de Astrofísica en Pino Torinese, Italia, no puede probar hasta hoy día.

Difícil de comprobar

Si la teoría del ahora ingeniero Gallardo fuese cierta, tendría que demostrarlo, quizás haciendo un prototipo funcional.

Él supone que esto modificaría la Ley de la Gravitación Universal -que no es poca cosa- y que le daría el primer Premio Nobel de física para la UNAM, México y Latinoamérica (sic).

Su tesis postula una ruta distinta a la Ley de Gravitación Universal y a la Teoría General de la Relatividad para obtener las ecuaciones de la gravedad. La gravedad repulsiva que propone se diferencia de las anteriores porque hasta ahora sólo existen cuatro principios de vuelo y la que él formula sería el quinto principio.

Según Gallardo la teoría de flotabilidad puede ser comprobada experimentalmente, por lo cual la comunidad científica internacional tendría que aceptar la modificación a la Ley de Gravitación Universal, que implicaría una nueva definición de gravedad que incluiría el comportamiento tanto de atracción como de repulsión.

Esto es una falacia ya que ni él mismo sabe si es «comprobada experimentalmente» dado que aún no ha presentado un protocolo de experimentación, ni tampoco ha puesto su teoría a experimentación en campo. Si tuviese razón, debería presentar pruebas de esto. La ciencia no se hace con argumentos indemostrables.

El error de la UNAM

Todo esto podríamos olvidarlo si no fuera porque la Universidad Nacional Autónoma de México ha estado en el ojo del huracán. La Facultad de Ingeniería jamás debió haber aceptado la tesis.

Los sinodales debieron haber puesto un alto al estudiante que, sin el rigor científico mínimo, estaba proponiendo fantasías.

Vamos, no solamente se recibió Gallardo como ingeniero con esta tesis sino que además, el 20 de marzo del 2014 iba a impartir una conferencia sobre la gravedad repulsiva, aunque esta fue cancelada por la Sociedad Astronómica de la Facultad de Ingeniería (SAFIR).

¿Cómo es que Gallardo pudo recibirse de ingeniero con estas fantasiosas ideas?

Ante la suspensión de su tesis, el 3 de abril del 2014, la Defensoría de los Derechos Universitarios recibió un escrito mediante el cual Gallardo Enríquez señaló diversos actos que estimó violatorios de sus derechos como universitario.

La Defensoría emitió un comunicado el 17 de septiembre de 2014 donde concluyó que ha sido confirmada y esclarecida la naturaleza del nexo que tuvo Gallardo Enríquez, en calidad de «estudiante ayudante», por lo que no hubo impedimento para sustentar su tesis profesional ante la Facultad de Ingeniería.

Cabe aclarar que el trabajo elaborado por Gallardo Enríquez y los planteamientos que hace valer son de su exclusiva responsabilidad, y no reflejan el aval del Instituto de Astronomía, de su personal académico, o de la UNAM.

Así terminaría la historia, pero Gallardo Enríquez insiste en que su teoría es correcta. Muy bien, apelemos a la apertura: me gustaría ver un pequeño prototipo en donde se probaran sus ideas. Mientras eso no ocurra, creo que califica como física de duendes.