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Una idea millonaria

Por motivos que no tiene sentido explicar aquí, en los pasados meses tuve que hacer un sinfín de trámites en la Universidad Nacional Autónoma de...

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Por motivos que no tiene sentido explicar aquí, en los pasados meses tuve que hacer un sinfín de trámites en la Universidad Nacional Autónoma de México. Me pedían actas de nacimiento, certificados de estudios, equivalencia de promedio, títulos, examen de inglés TOEFL, fotografías de tamaño infantil (con fondo blanco), etcétera. Tuve que ir a diferentes dependencias para hacerme de algunos papeles que no tenía o bien, para hacer trámites que antes no había hecho y que ahora se me exigían.

Y después de meses de bregar en esto, hallé que esta tramitología hace la vida de cualquiera miserable. Me explico: por muchos años he trabajado en diferentes centros de la UNAM y en cada uno de ellos he tenido que dar fotografías tamaño infantil con fondo blanco, actas de nacimiento, copias de mis certificados, y así hasta la náusea. Esto es ridículo. Las montañas de papel que se guardan en algo que se denomina eventualmente “archivo muerto”, llenan gavetas y espacio en toda la UNAM. El papel tiene que protegerse además, de las inclemencias del tiempo, de las eventuales goteras en algún centro de trabajo, etcétera. Es decir, el papeleo genera muchos problemas de más.

Y he aquí mi idea, que me parece que podría ser un negocio millonario. Lo pondré a manera de pregunta: ¿Por qué la UNAM no tiene un servidor central de documentos digitalizados? Imaginen que ustedes se inscriben en la UNAM, entregan sus papeles. Estos se digitalizan y listo, cada vez que necesitemos en la UNAM algún papel o se nos requiera algún documento, la dependencia que nos lo pida podrá inmediatamente decirnos si ese documento ya se tiene o no. Evidentemente habrá que validar esos documentos escaneados. Por ejemplos, podría uno ir UNA SOLA VEZ a una dependencia, mostrar documentos originales, que se escanearían ahí mismo y listo, podría uno no tener necesidad de volverlos a llevar en la siguiente oportunidad que me los exigieran. Podrían estar ya en un servidor de documentos, ya validados como originales.

Un servidor de documentos digitales suena a un buen negocio y si además, quien lo ofrezca da el servicio de escaneo, podría hacer muchísimo dinero. Y que conste, la UNAM es solamente un ejemplo, pero hospitales, instituciones gubernamentales, y cuanto centro de trabajo que se les ocurra, podría acceder a un servidor central de información.

Hay quien dice que podrían ocurrir accidentes: la tecnología no tiene palabra de honor. Y por supuesto, podría venir una tormenta solar (que parece que tiene ciclos de 11 años) y dar al traste con muchísima información relevante. Pues sí, es cierto, pero claramente para eso se hacen respaldos. Ya hay dispositivos que pueden grabar información en discos ópticos de forma tal que garantizan poder ser leídos hasta en los siguientes mil años. Cabe decir que la propia UNAM tiene un acervo electrónico de las calificaciones de los alumnos y de hecho, en el supuesto que alguien se metiera subrepticiamente a cambiar alguna calificación de un alumno en particular, las inconsistencias en los datos (entre los archivos respaldados y los que se crean), saldrían a la luz eventualmente, por ejemplo, en la revisión de estudios, el paso anterior que debe hacerse antes de recibirse en una licenciatura. Es decir, ya cierta cantidad de información se guarda de manera electrónica y como hay respaldos y sistemas en espejo, el temor de perder la información o que ésta se corrompa, se minimiza.

Otro ejemplo de esto son los bancos. Debido al número de transacciones que se pueden hacer en un día normal, los bancos tienen acervos electrónicos y además, mantienen respaldos incluso no necesariamente en este país, sobre toda la información crediticia de sus clientes. Imaginen el dineral que estaría en juego si esa información desaparece. Sería el caos, el cual se minimiza como posibilidad al tener “backups” en otras partes. Vamos, distribuyendo la información, no centralizándola.

Díganme que no es una gran idea. Si se aceptara por parte de alguna institución grande, probablemente quienes la implementaran podrían tener mucho trabajo y bien remunerado, amén de dar un servicio a los usuarios, eliminando de tajo todo este circo de trámites en el cual estamos inmersos finalmente.

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