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¿Sígueme en facebook, en twitter?

Yo no sé si las redes sociales de internet merecen la propaganda a la cual se les somete cotidianamente. Tenemos que en los programas de...

Yo no sé si las redes sociales de internet merecen la propaganda a la cual se les somete cotidianamente. Tenemos que en los programas de TV hablan sobre lo que la artista o cantante fulanita dijo en su Twitter, o bien, de las fotos que puso la futura “primera dama” del país mostrando su humilde hogar, por ejemplo. Pero es claro algo: de ahí se nutren los programas de chismes y espectáculos. Twitter y Facebook han sin duda, cambiado la faz de cómo se ejerce en muchos sentidos el oficio periodístico y para las personas, es una manera de salir del anonimato cotidiano.

En ForoTV, por ejemplo, Nicolás Alvarado, en su programa que tiene con Julio Patán, leen los tuits de los usuarios: “dice Juanito123 que no le parece razonable que…bla bla bla ” o “SandritaBonita aclara que hoy el programa le gustó mucho”, etc. Los programas de TV hacen esto con las redes sociales porque es un termómetro y argumento a la larga para seguir al aire. De hecho, un programa en TV o radial, que no tenga audiencia es sacado del aire a la primera oportunidad.

Y yo puedo entender esto, pero he aquí que voy a un Vips y en el mantel de papel dice en alguna parte, con los infaltables logotipos de Twitter y Facebook la leyenda: “Síguenos”… A ver, no entiendo. ¿Seguir al sitio de Restaurantes Vips o el Twitter del mismo? ¿como para qué? ¿para que me informe que esta semana está dedicada a la comida regional de San Luis Potosí? El caso de los restaurantes Vips es un mero ejemplo. Leo un artículo en internet y aparece la foto del autor con un pie de foto que dice: “sígueme en Twitter”… ¿Por qué esta necesidad de ser importante a toda costa?  De verdad me parece por demás exagerado.

Yo entiendo Twitter en particular como una manera de poner notas (de no más de 140 caracteres), que nos permita ir a alguna liga de interés. Por ejemplo, el escritor Jorge Volpi pone de pronto un enlace a su último artículo y eso me parece bien, porque así me entero, pero que cualquier conductor de radio ponga que lo siga en Twitter o peor aún, que López Dóriga ponga su dirección en Twitter para ver qué brillante nota nos va a poner, me parece un exceso.

Lo que me parece más que claro es que las redes sociales tienen mucha importancia en  los jóvenes, porque incluso algunos planes de la telefonía celular hacen énfasis en poderse conectar a “las redes sociales” desde el teléfono de moda. Es como una extraña adicción. Si vemos, por ejemplo, lo que hay en Facebook, pues es algo que -seamos francos- podríamos prescindir de ello. Está bien Facebook para enterarnos de las vidas de nuestros amigos que por cuestiones de espacio/tiempo, no podemos ver o seguirles la pista, pero de ahí que esté muy preocupado por las nuevas fotos de alguno de mis amigos y que no pueda vivir si no estoy conectado, pues de nuevo, me parece un exceso.

En mi opinión, las redes sociales, en particular Twitter y Facebook están ya pervertidas en sus usos. Ahora además tenemos Google+. ¿Otra red social? ¿para qué? Obviamente Google quiere quitarle un pedazo del pastelote que tiene Facebook, pero para la óptica del usuario, ¿de verdad necesita una nueva opción? Lo más sorprendente es lo que ya había mencionado: este tipo de adicción a ver quién está en Facebook, qué dijo o dejó de decir. Es -por lo menos para mí- muy extraño todo este fenómeno.

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