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Luchando contra la obsolescencia programada

Ya en unocero hablamos de la obsolescencia programa, que básicamente hace que los objetos que compramos tienen una vida útil, muchas veces menor a la...

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Ya en unocero hablamos de la obsolescencia programa, que básicamente hace que los objetos que compramos tienen una vida útil, muchas veces menor a la que podrían tener. Claramente eso favorece a los fabricantes pero no a los consumidores. Como en el ejemplo del artículo: un foco que dure más de una vida no es negocio. Por ello es evidente que habrán hecho muchos estudios para saber cómo limitar la vida de los artículos que compramos cotidianamente.

Uno de ellos es, por ejemplo, los rastrillos desechables. Una idea en el que Gillete, por ejemplo, habrá hecho millones. Quien usa este tipo de rasuradoras desechables encontrará que después de usarla un número de veces -no necesariamente un número muy alto- el rastrillo ya no corta bien la barba e incluso nos lastima. Entonces nos damos cuenta que es el momento de tirar el rastrillo en cuestión.

Pero encontré una solución al respecto: en youtube hallé un video que de alguna manera lucha contra este problema en los rastrillos desechables, brindándoles nueva vida útil. Vea por usted mismo:

El truco es simple: tómese un pantalón de mezclilla (puede ser viejo o de los que sigue usando), y frote el rastrillo contra la tela del mismo. Note que el frotamiento se hace de forma inversa a cuando uno se rasura, es decir, uno no frota el rastrillo como si “rasurara” la tela, sino en sentido opuesto.

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Primera foto: Las hojas de un rastrillo desechable usado

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Segunda foto: las navajas del rastrillo usado después de unas 10 pasadas sobre la superficie (la tela de los jeans)

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Tercera foto: las navajas del rastrillo desechable con otras 10 pasadas más sobre la tela de los jeans.

La pregunta era si funcionaría. El autor del video se tomó la molestia de conseguirse un microscopio USB para tomar fotos de las navajas del rastrillo usado, antes y después de utilizar el procedimiento de frotar contra la mezclilla. Sorprendentemente se ve que las navajas se limpiaron, lo cual es la causa probable por la cual dejan de cortar la barba adecuadamente.

Yo lo probé y parece funcionar. Probablemente esto tenga también cierta vida útil pero alargará el tiempo de uso de sus rastrillos desechables. De hecho, suena razonable el por qué funciona esto: las navajas se llenan de pelos, de fragmentos minúsculos de piel, los cuales se adhieren a las navajas y por ende, en la medida que se usan, empiezan a interferir en el propio filo de cada navaja. El hecho de frotar el rastrillo contra la tela de los jeans no las afila, simplemente las limpia.

Sólo me queda la duda si por ejemplo, los barberos, cuando frotan la navaja contra una tira de cuero, ¿la están afilando o están haciendo lo mismo que hemos descrito, es decir, simplemente limpiando la navaja?

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