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La Inteligencia Artificial y la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos

La Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos está confiando en la Inteligencia Artificial para sus actividades de espionaje.

La Inteligencia Artificial está teniendo grandes éxitos. Sus sistemas más modernos están resolviendo juegos como el Go, o encontrando fotografías a partir de darle a la máquina una imagen, o bien, enseñando al software a caminar, o a tomar decisiones en un sinfín de ámbitos. Esto obviamente no ha sido pasado por alto por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, en donde se tienen 137 proyectos de IA, muchos de ellos desarrollándose en Silicon Valley.

Los proyectos van desde tratar de predecir eventos futuros significativos, encontrar correlaciones entre datos y otras evidencias, hasta hacer que las máquinas clasifiquen objetos o individuos de manera que puedan llamar la atención de los analistas de inteligencia humanos.

En una reunión de diferentes agencias estadounidenses, que se llevó a cabo en Washington esta semana pasada, en donde se incluyó la inteligencia militar, se dijo que se están buscando soluciones basadas en la IA para convertir terabytes de datos en información confiable que pueda ser usada para ciertas políticas e incluso para las acciones militares.

La Nube: Inteligencia artificial

La IA ha ampliado sus funciones, desde armas inteligentes hasta el potencial para ayudar rápidamente a reconstruir sistemas y programas que pudiesen haber sido atacados por hackers, como dijo un oficial que asistió a dicha reunión. Sin embargo, el enfoque más importante es encontrar patrones útiles en fuentes valiosas como lo son ahora las redes sociales.

Combinar las redes sociales con la IA no es algo nuevo, dijo Joseph Gartin, cabeza de la escuela de la CIA en Kent, que enseña análisis inteligente. “Lo que es nuevo es el volumen y la velocidad de recolectar datos de las redes sociales”, dijo. En este ejemplo, la computación basada en IA puede hallar palabras claves y nombres, así como encontrar patrones y correlaciones que tengan que ver con otros eventos, lo que además, hace que continuamente se vayan mejorando el hallar nuevos patrones.

Chris Hurts, jefe de Stabilitas, que tiene contratos con las agencias de inteligencia estadounidenses dice: “El comportamiento humano son datos y la IA es el modelo de esos datos”, y agrega: “Donde hay patrones pensamos que la IA puede hacer un mejor trabajo que nosotros”.

El volumen de datos que se recolectan crece exponencialmente con los avances de los satélites y la recolección de datos y señales de la tecnología inteligente. “Si intentamos explotar manualmente las imágenes comerciales de los satélites tendríamos que esperar unos 230 años además de necesitar unos 8 millones de analistas humanos”, dijo Robert Cardillo, director de la Agencia Nacional Inteligente Geo-espacial, en un discurso que dio en junio pasado.

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Cardillo dijo que su meta es automatizar el 75% de las tareas de los analistas y entonces apoyarse de gran manera en las operaciones de la IA, que pueden construir sobre lo que hayan aprendido de forma automática.

Los espías de Washington no son los únicos que están viendo el potencial de la IA. El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró la semana pasada que la IA es la clave para el poder en el futuro. “Sea quien sea el líder en esta esfera será quien controle el mundo”, dijo -según las agencias de noticias rusas.

El reto, dicen los participantes en esta reunión en Estados Unidos, es ganarse la confianza del “consumidor de estas tecnologías” para sus productos inteligentes, como aquellos que crean políticas, la Casa Blanca y los generales de más alto rango. El asunto es “producir reportes útiles que expliquen además cómo es que llegaron a una conclusión particular”. Claramente ningún líder puede confiar en conclusiones que no tengan asidero lógico y si no se entiende, entonces este tipo de productos inteligentes no irá a ninguna parte.

Referencias: Phys.org 

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