Vaya que las cosas han cambiado y siguen así. Ayer comenzó la edición 2016 del “Foro de Desarrolladores de Intel” con la asistencia de unos 6,000 personas que programan, inventan, crean y se imaginan productos y servicios.

En este caso, Intel, el mayor fabricante de microprocesadores a nivel mundial (mejor conocidos como “chips”) sigue en pie de lucha con un nivel de ventas impresionante. Está en el lugar 51 de las “500 de Fortune” con ventas anuales por unos 55 mil 355 millones de dólares el año pasado. Para ubicar, Apple vendió 233 mil, HP 103 mil, Microsoft 93 mil 590, Alphabet (Google) 74 mil 900.

Entre sus competidores cercanos y lejanos, directos e indirectos, están AMD con ventas por 4 mil, Qualcomm 25 mil 300, Texas Instruments 13 mil, Nvidia 5 mil 100, MediaTek 4 mil 300 y otros más por ahí que siempre están en la lucha de este mercado.

En la conferencia inaugural, Brian Krzanich, actual director de la firma, ofreció un panorama de lo que viene en cuanto a sus productos y aplicaciones. Hay que recordar que un “chip” por sí solo no sirve para nada. Es como el motor de un coche: el puro motor pues no ofrece ninguna solución.

Así, esta compañía ha ofrecido durante los últimos casi 50 años diferentes versiones de microprocesadores que en primera instancia son el componente principal de computadoras de consumo. Idéntico al motor de un coche, pero diferente.

Hace muchos años, al comprar un auto nuevo, el motor era parte importante de la decisión final de compra. Número de cilindros, caballos de fuerza, y demás. Hoy, no sé cuántos de los que tenemos coche sepamos estos datos de memoria, pero me atrevo a pensar que la inmensa mayoría no los conocemos y no nos importan.

Lo mismo sucede con los procesadores dentro de las computadoras, ya no son tan importantes y, peor aún, el uso de computadoras en general va en declive, ya que hoy muchas cosas las hacemos desde el celular, que también tiene un procesador pero que no nos fijamos tanto en sus características.


Así es qué, ¿los productos de Intel son todavía noticia? Sí, para todos los que nos dedicamos a estos temas.

Resulta que una parte es el celular de moda, el que tiene la pantalla más grande con el procesador más rápido, pero eso es sólo la punta del iceberg de la tecnología. ¿Por qué? Por todo lo que hoy podemos hacer con el aparatito y por todo lo que viene con la llamada generación de “Internet de las cosas”, que pretende conectar millones y millones de artefactos a la red.

El punto interesante es que cada uno de esos autos, focos, sensores, dispositivos y demás “entes” que se conectarán a la red tienen varios elementos importantes: un microprocesador y algún tipo de conectividad, además de que se conectan a “algo”. Ese “algo” pueden ser los “data centers” o centros de datos donde se almacenan y procesan millones y millones de datos por segundo. Todo ese poder de procesamiento, precisamente, lo otorgan los microprocesadores como su elemento principal, como el motor del coche.

Así es que con todo este futuro por definir y desarrollar, el epicentro ya no es el procesador que antes lo sentíamos como “propio” por estar en nuestra computadora, sino que se vuelve una parte importante de la cadena y se extienden los desafíos: conectividad, consumo de energía, baja latencia (que no se tarde mucho en enviar y recibir información) y otros detalles.


Durante la conferencia la firma mostró el proyecto “Alloy”, unos lentes de realidad virtual que incluyen la computadora y todos los elementos en el visor. La plataforma de cómputo “Joule”, enfocada al Internet de las cosas que incorpora nuevos sensores y otros avances en cámaras que detectan más elementos que antes y un largo etcétera.

¿Qué viene? ¿Cuáles son los desafíos? Múltiples y complicados. La penetración de la tecnología en general a millones de personas en el mundo a través de teléfonos inteligentes hace que todo lo que está detrás de estos aparatos tenga que funcionar rápido y sin errores. Si bien las redes celulares de siguiente generación, conocida como “5G” serán un elemento importantísimo, en medio se encuentra una larga cadena que poco a poco se está construyendo y es ahí en donde Intel tiene la mayor oportunidad.

Fabricar microprocesadores potentes y a precio competitivo para todo este mercado, global por naturaleza, hará que sigan innovando y creando más y mejores productos, cuidándose siempre de la invasión China, que todavía no encuentran como copiar y hacer “lo mismo, pero más barato”. Ya no es tan importante su conocido slogan “Intel inside” porque ahora la computadora no es el epicentro de la tecnología de consumo. Viene realidad virtual, coches autónomos, redes 5G, Internet de las cosas y mucho, pero mucho más.