De tiempo en tiempo salen supuestas tecnologías que casi parecen entrar en el terreno de la magia. Están en los medios, en Internet, se habla de ellas y de pronto, así como salen, desaparecen. Esto parece pasar con I-Doser, una serie de contenidos de audio  se comercializan bajo la idea que podría ayudar a sentir sensaciones semejantes a las de una droga ilícita, todo ello gracias a los pulsos binaurales. Para que nos entendamos, estos pulsos, o tonos binaurales son artefactos (así se le llama al ruido) del procesamiento auditivo, es decir, sonidos aparentes percibidos en el cerebro cuando un oído escucha un sonido a una frecuencia que es muy cercana a la del otro oído. Este efecto lo descubrió Heinrich W. Dove, en 1839.

Así entonces, la teoría elemental sobre este tema va de la siguiente manera: si el oído izquierdo recibe sonidos con una frecuencia de 400 Hz y el oído derecho de 410 Hz, el pulso binaural resultante será de 10 Hz. Las frecuencias de los tonos deben ser menores a los 1.000 Hz y la diferencia de frecuencias debe ser menor a 30 Hz. Cuando estos dos tonos de frecuencias ligeramente diferentes son presentadas de forma separada, una en cada oído, utilizado auriculares con estéreo, el fenómeno resultante que produce el cerebro son pulsaciones de baja frecuencia en cuanto a amplitud y localización sonora del sonido percibido y un tono de batimiento es percibido, como si las dos frecuencias se mezclaran naturalmente fuera del cerebro.

Con ese enfoque, I-Doser es un programa, software para reproducir sonidos, la cual se lanzó a la venta hace siete años. Los contenidos binaurales se comercializan aparte (he ahí el negocio). El reproductor I-Doser se ha descargado más de un millón de veces y los audios cuestan entre 2.75 y 25 dólares. Los temas son sexo, drogas, videojuegos, amor, espiritual, ficción, etcétera. Hay quien cree que este tipo de sonidos pueden simular estados alterados de la consciencia, particularmente lo que ocurre con ciertas drogas, pero la ciencia, representada ñpor un neurólogo de la Universidad de Yale, ha asegurado contundentemente que no hay una sola investigación seria que confirme que este efecto funciona más allá del efecto placebo. Curiosamente I-Doser cita un estudio en donde se involucró a cuatro personas y con ello quieren validar sus afirmaciones en el terreno científico. Puede descargarse un libro electrónico en donde I-Doser da sus argumentos.

El siguiente video pretende ser una demostración de las posibilidades de los tonos binaurales, pero en mi opinión no pasa de ser un comercial:

El punto es que todo parece aser un fraude. Pero bueno, siempre hay quien cree en estas cosas y de eso se aprovechan algunas personas. Este parece ser el caso.

Referencias:

I-Doser
Las drogas digitales no curan la estupidez