A través de una plataforma multimedia documental, las organizaciones Forensics Architecture, Amnistía Internacional y Citizen Lab dieron a conocer los efectos que ha tenido el software de espionaje, Pegasus en diferentes lugares del mundo, incluido México.

La pieza se llama Digital Violence y muestra diversos contenidos como cuatro documentales sobre los distintos impactos de Pegasus, dirigidos por Laura Poitras, además de mapas interactivos y contenido que explica el funcionamiento de NSO Group, la empresa de ciberseguridad israelí encargada de desarrollar este software y de comercializarlo a diferentes gobiernos en el mundo bajo la etiqueta de que es usado para la defensa de seguridad nacional de las naciones.

Si bien NSO Group fue fundada en Israel en 2010, con el paso de los años y el peso de las acusaciones en su contra ha ido mutando a otras empresas y hasta los últimos datos ésta se convirtió en NorthPole Hold Co en 2014 y está basada en Luxemburgo.

En México este software fue utilizado por el gobierno durante la administración de Enrique Peña Nieto para espiar a activistas, periodistas y otros miembros de la sociedad civil y este 2021, se probó que además de Pegasus el gobierno mexicano adquirió otro software de espionaje llamado Geomatrix.

Según las pruebas recabadas por las organizaciones hasta ahora se puede comprobar el uso de Pegasus en 45 países y los casos más relevantes se han documentado en México, Marruecos y Arabia Saudita.

De acuerdo con información de Forensics Architecture este trabajo busca visibilizar la gravedad del crecimiento del uso de herramientas de espionaje tecnológico alrededor del mundo, las cuales pueden poner en peligro la privacidad e integridad de periodistas y defensores de derechos humanos y digitales.

La organización Electronic Frontier Foundation (EFF) alertó desde 2019 del incremento cada vez más notorio de este tipo de herramientas, y durante 2020 se elevaron de nuevo las alarmas por el posible incremento de software de espionaje ciudadano bajo el argumento del rastreo de contagios por COVID-19.

Carnegie Endowment reportó que el uso de inteligencia artificial para herramientas de espionaje es también cada vez más, y aunque no todas las herramientas obedecen a un deseo de control de masas, existen algunas que tienen esa intención detrás. El reporte de Carnegie revela que en América Latina 12 países son los que están adoptando estas herramientas con más velocidad.

“Un número grande de países están aplicando herramientas de monitoreo de inteligencia artificial para monitorear y rastrear a ciudadanos on el objetivo de cumplimiento de ciertas políticas, algunas son legales pero otras pueden violar recursos humanos”, citó el reporte de Carnegie.

Hacia 2025 se estima que el mercado de herramientas de vigilancia tecnológica alcance un valor de 74,600 millones de dólares.