La computación y la programación en particular son indispensables hoy día en el ámbito de la ciencia y aunque no hay premio Nobel en cómputo, es evidente que el cómputo está muy frecuentemente en el premio creado por Alfred Nobel. El premio 2013 de química ha sido otorgado, por ejemplo, a tres científicos que han movido la química, del laboratorio al software.

Los galardonados son: Martin Karplus, Michel Levitt y Arieh Warshel, por su desarrollo de modelos multiescalares de sistemas químicos complejos. La parte “multiescalares” se refiere a la manera en como el modelo usa la mecánica clásica cuando puede, cambiando al modelo cuántico cuando se habla de escalas más pequeñas. Ser capaces de desarrollar estos cálculos significa no solamente modelar las estructuras moleculares, sino las reacciones químicas.

De acuerdo con el comunicado de la Real Academia de las Ciencias de Suecia, “Los investigadores han puesto en potentes programas de cómputo el entendimiento y predicción de los procesos químicos. Los modelos de computadora ponen en un espejo la vida real y han sido cruciales para los avances en la química actual”.

Cualquier físico diría que la química es simplemente la aplicación de la mecánica cuántica -y ahora podemos decir que se aplica igualmente a la realidad virtual. El valor de estas simulaciones es que dan información de las reacciones entre moléculas. Por ejemplo, pueden “explicar” como una enzima puede ser rota en una cadena de glycosida, un mecanismo antibacterial que es parte de los sistemas inmunológicos. El software modela moléculas muy grandes y aunque es muy rápido, necesita de un cluster de supercomputadoras para realizar el trabajo en un tiempo razonable. Aún falta tiempo para que estos programas lleguen a las computadoras de escritorio.

Así como en química, el software juega un gran papel en otros premios Nobel, como el que se les otorgó a Higgs y Englert en física este año. En 1964 los investigadores predijeron la existencia de un campo cuántico y su bosón asociado. Este trabajo se hizo con lápiz y papel. Sin embargo, el descubrimiento del boson en el CERN no se basó solamente en el hardware, en el gran colisionador de hadrones, sino en el poder de c ómputo de su sistema de cluster distribuido.

La computación científica es emocionante, divertida y además siempre tiene recompensas (aunque no siempre son del tamaño de un premio Nobel). Claro que si usted quiere un premio de esta naturaleza, probablemente tenga que trabajar en otro campo, además del de cómputo.

Referencias:

Comunicado del Premio Nobel de Química