Los problemas legales asociados a los controles de consolas de videojuegos parecía ser un área en la que solamente Nintendo estaba involucrada, pero ahora trasciende que Microsoft también enfrenta una demanda.

Todo comenzó en abril con la presentación de una demanda contra Microsoft cuyo reclamo se fundamenta en que los controles de Xbox presentan drifting, es decir, los sticks registran movimiento aun cuando no haya nadie manipulándolos (el mismo problema por el que Nintendo fue demandada).

Otro de los puntos torales de la demanda es que los clientes que están pagando por la reparación de los controles (una vez que la garantía de 90 días ha expirado) en realidad pagan por una falla de la que se tiene pleno conocimiento.

El demandante Donald McFadden dijo que su control Xbox Elite reflejó drifting poco tiempo después de haberlo comprado, algo que también le ocurrió tres o cuatro meses después con un mando de reemplazo.

Para McFadden el hecho de que el problema se presente con el control Elite es la muestra de que Microsoft engaña al público, pues la compañía promociona esa línea diciendo que ofrece precisión superior.

‘Microsoft convence a los clientes de comprar controles Xbox al decir que se trata de mandos superiores que mejoran la experiencia de juego, describiendo los controles Elite como los más avanzados del mundo y enfatizando que los joysticks y botones de Xbox One poseen la precisión definitiva’ se lee en la demanda de acuerdo con Eurogamer.

En la demanda se hace hincapié en que Microsoft no advierte que los controles de Xbox son defectuosos y que el joystick falla. También se hace mención a que el público tiene el derecho a saber sobre los defectos latentes de los componentes de los controles de Xbox.

La demanda fue interpuesta en abril, pero en octubre fue ampliada para incluir señalamientos específicamente en torno a los controles Xbox Elite Series 1 y 2.