El polvo es un componente crítico de la atmósfera marciana. Tiene influencia en la forma en que el calor y el frío se redistribuyen en la superficie y, además, muestra cómo se mueven los vientos atmosféricos.

En este ciclo del polvo, las tormentas del mismo tienen un rol muy importante. Las tormentas se clasifican en locales, regionales y en las que involucra a todo el planeta, con pequeñas tormentas locales que ocurren a través del año y tormentas globales que están más activas en la parte norte del otoño y en el invierno.

Una tormenta de polvo que ocurre regionalmente puede ser lo suficientemente fuerte para afecta la visibilidad, la estructura térmica e incluso sobre la circulación atmosférica.

Miles de imágenes del espacio (de la NASA) para descargar

Tales tormentas mayores frecuentemente resultan a partir de secuencias de tormentas que siguen trayectorias específicas y nos muestran historias de desarrollo coherentes.

Dos astrónomos del Centro para la Astrofísica de Harvard, Michael Battalio y Huiqun Wang, analizaron ocho años de datos marcianos sobre las tormentas en la región Aonia-Solis-Valles Marineris, que son fotografías tomadas diariamente por el Mars Global Surveyor y el Mars Reconnaissance Orbiter.

Los científicos seleccionaron esta región porque es la que tiene más actividad de tormentas en el hemisferio sur del planeta rojo más allá de la temporada convencional de tormentas de polvo que se dan en Marte.

Los astrónomos encontraron que las secuencias de este evento pueden dividirse en dos grupos, confirmando la teoría que dice que las tormentas de polvo pueden ser regeneradas y sostenidas por sí mismas. El primer grupo cubrió grandes regiones y duraron más de seis días marcianos, mientras que el segundo grupo cubrió regiones más localizadas y duraron menos tiempo.

Los científicos también hallaron una periodicidad de 15 a 20 días marcianos durante la actividad de las tormentas, relacionadas tal vez de la periodicidad vista en el hemisferio sur marciano en sus mecanismos para la transportación de energía. Por ejemplo, los físicos hacen notar que el hemisferio sur de la Tierra tiene una oscilación de unos 25 días.

La conclusión es que los resultados pueden dar más luz sobre la variabilidad de la actividad del polvo en Marte en la inter-temporada de tormentas convencionales. Esto puede ser contrastado con el mismo tema que ocurre en la Tierra, aunque las condiciones de ambos planetas a nivel atmósfera son diferentes.