Hemos visto en varias oportunidades que tanto el arte como la tecnología pueden ir de la mano. Apenas hace algunas semanas les contamos cómo diseñaban un vestido para Dita Von Teese por medio de una impresora 3D. Ahora nos sorprendemos con la artista norteamericana Heather Dewey-Hagborg, que tiene una forma muy particular de crear retratos. Con su obra llamada Stranger Visions, basada en la impresión 3D de rostros derivados de diferentes muestras de ADN que recolecta en las calles.

La artista tomo la idea durante una sesión de terapia, cuando observó un cabello atrapado en una pequeña fractura que había en el vidrio de un cuadro. Su siguiente paso fue establecer hasta qué punto se pueden determinar las características físicas de quienes ignorándolo por completo dejan atrás su identidad. Así fue como recurrió al laboratorio comunitario, en donde adquirió el conocimiento suficiente

El punto de partida de Dewey-Hagborg puede ir desde colillas de cigarrillos hasta muestras de pelo humano. Una vez que extrae el ADN en el laboratorio, amplifica algunas de sus secciones con la técnica de PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) y estudia los llamados polimorfismos de nucleótidos simple o SNP, que son variaciones en la secuencia de ADN que afecta a una sola base de una secuencia del genoma. Las reacciones se envían al laboratorio para ser secuenciadas, y con la ayuda de un programa bioinformático establece qué alelo está presente para un SNP particular en cada muestra, obteniendo características como son su género, el grupo étnico y el color de ojos. Luego, la artista modifica las imágenes e imprime el material final con una impresora 3D.

La idea de esta artista es generar conciencia colectiva sobre el determinismo genético y la potencialidad de la existencia de una cultura futura basada en el control y vigilancia genéticos. Algo que cuando pensamos sin analizar demasiado, pensamos que es bastante descabellado, pero que gracias al trabajo de Dewey-Hagborg consideramos como una posible realidad.

Según la misma autora del proyecto, sus retratos no son una copia exacta del aspecto de la persona, sino que tienen un “aire familiar” a sus dueños originales.

“Por supuesto mis trabajos no son perfectos, por eso planeo ampliar el número de rasgos de cada individuo para agregar detalles como, por ejemplo, pecas o una tendencia al exceso de peso”, dijo Dewey-Hagborg.

Referencia: Stranger Visions